Artículo de Fondo, Por Ignacio Martínez.- El ruido del convoy que traía a Jesús a Morelia era notorio, se confundían las sirenas de vehículos oficiales con los disparos de las cámaras fotográficas y los gritos agitados de los compañeros fotógrafos que querían tener el mejor ángulo para buscar la tan esperada foto del rostro de Jesús Reyna García a Mil Cumbres.
Todos hemos coincidido de que “la impartición de justicia es parcial, a modo e inequitativa en México”, luego de que el ex gobernador interino de la entidad fuera trasladado de un penal federal al penal de Mil Cumbres, mismo beneficio que se le ha negado al ex vocero de las autodefensas José Manuel Mireles.
La opinión pública y diversos líderes de partidos hemos cuestionado la disparidad de criterios sobre quien sí y quien no puede ser trasladado de una cárcel federal a una estatal para seguir su proceso penal, a Jesús se le ha acusado, más no aún probado nexos con delincuencia organizada, hay un hijo de conocido y famoso priísta que un juez hace algunos meses decidió exonerarlo de cualquier cargo con una multa ridícula de un poco mas de mil pesos a pesar de que todos fuimos testigos de la aparente estrecha relación que vivían en videos que se mostraron hasta el cansancio entre cervezas, risas, bromas y promesas, con un importante miembro del crimen organizado, la defensa alegó que todo había sido efectuado a la fuerza y bajo presión, a el se le acusaba de encubrimiento, pero el encubrimiento nunca fue probado.
A José Manuel Mireles Valverde se le acusa de posesión de armas de fuego exclusivas de uso del ejército, armamento que la misma autoridad a través de Alfredo Castillo, ex comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, así como el gobierno del estado representado por el mismo Jesús Reyna en la Secretaría de Gobierno y Fausto Vallejo gobernador de la entidad, dieron y legalizaron a los grupos de autodefensas.
Con esa justicia muy a la mexicana nos ha tocado vivir, donde pareciera que sólo existen dos poderes de la unión y no tres como dice el librito, el poder legislativo y el ejecutivo-judicial, porque mas pareciera que las decisiones políticas están relacionadas con la impartición de la justicia.
Jesús llega a su tierra nuevamente después de dos años, un mes y ocho días, Mireles sigue mientras tanto fuera, pero no hay que olvidar que junto con Mireles esperan una sentencia casi 400 miembros de los grupos de auto defensas detenidos por portación de armas, bien podría darse una muestra de humanidad de los políticos que trabajan en el Senado de la República con una Ley de Amnistía, pero, al menos es lo que políticamente hoy no conviene.
Por cierto, no veo al líder priísta, ni a sus diputados, ni a los amigos de Jesús pidiendo justicia y hablando de su compañero y jefe, bueno muchos de ellos simplemente son unos malagradecidos y mal nacidos!