03 de abril, 2016 — El Consejo de Seguridad de la ONU solicitó al Secretario General que explore con las autoridades de Burundi y actores regionales la posibilidad de nuevas opciones para el despliegue de policías.
Ese paso le permitiría a las Naciones Unidas incrementar su capacidad para monitorear las condiciones de seguridad, afianzar el cumplimiento de la ley y promover el respeto de los derechos humanos en ese país africano.
La petición fue hecha mediante la adopción unánime de una resolución propuesta por Francia, en la que el órgano de seguridad manifestó su profunda preocupación por la persistencia de la violencia en Burundi, y del impasse político y sus graves consecuencias humanitarias.
El Consejo también solicitó a Ban Ki-moon mejorar la presencia de la ONU en Burundi, mediante el fortalecimiento del equipo del Asesor Especial para la prevención de conflictos, para trabajar con las autoridades del país y otras partes interesadas en el apoyo del diálogo nacional.
Burundi entró en crisis en abril del año pasado cuando el presidente Pierre Nkurunziza decidió postularse para un controvertido tercer período de mandato que ganó en julio. Se estima que la violencia ocurrida desde entonces ha dejado más de 400 muertos y provocado el desplazamiento de unas 250.000 personas a países vecinos.
La resolución instó al Gobierno y a todas las partes del conflicto
a rechazar cualquier tipo de violencia y condenar cualquier declaració pública que incite a la violencia o al odio.
El Consejo hizo especial hincapié en la urgencia de convocar un
diálogo nacional genuino e inclusivo, que se base en el respeto de la Constitución y del Acuerdo de Arusha.