14 de marzo, 2016 — Uno de cada tres niños en Siria no ha conocido nada que no sea la guerra, advirtió hoy el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) al cumplirse el quinto año de conflicto en ese país.
Eso son en total unos 3,7 millones de niños cuyas vidas se han visto impactadas por la violencia, el miedo y el desplazamiento.
Unas 250.000 personas han muerto como consecuencia de la guerra y más de 13,5 millones de sirios que siguen en el país necesitan ayuda urgente.
En una entrevista con Radio ONU, Hanaa Singer, representante de UNICEF en Siria, describió la gravedad de la situación que afrontan los niños.
“Ya no hay un lugar seguro para los niños. La violencia es generalizada, alcanzando hogares, escuelas, hospitales, clínicas y parques. En 2015 UNICEF verificó unas 1.500 violaciones contra niños”, dijo.
La experta aclaró que estas denuncias sólo son las que UNICEF ha podido cotejar y advirtió que la cifra real sería mucho mayor. Un 60% de las muertes y lesiones se debieron a ataques con armas explosivas en áreas pobladas.
Conforme el conflicto sigue sin resolverse, los niños están luchando una guerra de adultos: están abandonando la escuela y muchos se ven obligados a trabajar mientras que las niñas contraen matrimonio cuando son todavía muy jóvenes. UNICEF también indicó que la edad de reclutamiento de los menores por los grupos armados es cada vez menor.
“Desde 2014 la tendencia está cambiando y los niños son reclutados a edades mucho más tempranas, incluso cuando apenas tienen 7 años… casi siempre sin consentimiento de los padres. También estamos viendo a niños que están asumiendo roles mucho más activos y peligrosos, como cubrir puestos de control, llevar armas, evacuar a los heridos de guerra y, en casos extremos, también han sido utilizados como ejecutores o francotiradores”, explicó.
Uno de los mayores desafíos en el contexto del conflicto ha sido mantener la escolarización de los niños. La representante de UNICEF en Siria advirtió que los niveles de asistencia han caído a niveles mínimos.
“Estamos hablando de 2,4 millones a 2,8 millones de niños que no tienen acceso a la educación en Siria y en la región. Más de 6.000 escuelas no pueden ser utilizadas. Y unos 52.000 maestros y demás personal docente han sido muertos o han huido”, apuntó.
En respuesta a esta situación, UNICEF y sus aliados han lanzado la “Iniciativa Ninguna Generación Perdida”, comprometida con restaurar el acceso a la educación y crear oportunidades para los jóvenes de Siria. Singer aseguró que una de las cosas que más le sorprenden en su día a día es ver cómo ni siquiera la guerra es capaz de apagar las ganas de aprender de los niños.
La representante de UNICEF detalló cuatro de las recomendaciones de esta iniciativa para proteger a esta generación crucial de niños.
“La recomendación principal es permitir el acceso ilimitado a todas las áreas asediadas. En segundo lugar, acabar con los ataques contra las escuelas y los hospitales en Siria, y en tercer lugar, cesar los ataques contra las instalaciones de agua, que se han utilizado como una táctica de guerra. Por último, que todas las partes implicadas en el conflicto hagan un esfuerzo por llevar la paz a este pueblo”, subrayó.
UNICEF ha pedido 1.100 millones de dólares a la comunidad internacional para poder seguir asistiendo a esta generación crucial de niños en Siria y en los países vecinos.