Columna «Sendero Político», Por José Cruz Delgado.- Los muertos que hoy contamos son consecuencia de errores pasados. Algo dijo el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, al sentenciar que la “guerra contra el crimen” declarada por Felipe Calderón partió de un diagnóstico equivocado y una mala estrategia sin táctica ni trabajo de inteligencia, lo que desató a los peores demonios de la violencia, dejando a la población en medio del fuego cruzado entre fuerzas federales y delincuentes, con graves daños colaterales.
Osorio Chong dijo, además, que en tiempo de Calderón, a pesar de contar con la Plataforma México, ésta no fue utilizada de forma coordinada, provocando confrontación y conflicto entre las áreas de seguridad; prevaleció el lucimiento personal de cada titular de las áreas de inteligencia; salieron ganando los delincuentes.
Felipe Calderón lee la crítica como ataque duro y directo, y justifica: “No había de otra; mi administración se concentró en cumplir la ley; es erróneo pensar que la violencia sólo es un tema de drogas”… y revira: “El diagnóstico equivocado es suponer que la solución es no combatir a los criminales”.
Para nadie es secreto que la peor escalada de violencia comenzó en 2008, un año después de iniciada la estrategia calderonista, precisamente en Michoacán. Para el imaginario colectivo, los muertos de la guerra, 60 mil o 70 mil —la cuenta exacta es imposible—, son muertos del régimen anterior.
Osorio Chong habla del tiradero encontrado por el PRI a su regreso a Los Pinos y presume acciones de fondo para revertir la descomposición social que alimenta a la brutalidad criminal.
El dato duro es que ahora, a casi una década, a medio sexenio de Enrique Peña Nieto, el fantasma de la culpa también espanta al gobierno actual.
En el reparto de culpas, Calderón sale cargando las peores, pero el actual gobierno federal aún no la libra; falta mucho por hacer.
La respuesta del ex presidente de México, fue inmediata en entrevista con la conductora Adela Micha de Grupo Imagen Multimedia, Calderón Hinojosa, comentó que la violencia en nuestro país, “es un tema de drogas” y señaló que la expresión “mal diagnóstico” hace suponer que la solución está en no combatir a los criminales.
El ex presidente hizo énfasis al mencionar que el Secretario de Gobernación, (Miguel Ángel) Osorio Chong, se está decantando por legalizar las drogas […] y en segundo momento, Calderón manifestó que ha señalado reiteradamente que durante su administración su objetivo fue hacer que en México se cumpliera la ley y se combatiera a la criminalidad en todas sus expresiones; tanto la criminalidad ordinaria, que va desde el homicidio hasta el secuestro, como el crimen organizado”.
La decisión del gobierno calderonista de atacar al crimen organizado por la vía de las armas podría resultar en un número de muertos similar al que se registró durante la guerra de Vietnam”, señaló Manlio Fabio Beltrones en 2011, entonces Senador de oposición.
Las palabras del ahora presidente nacional del PRI parecían exageradas. Pero dos años después, Daniel Gómez, un ex agente del Departamento Antidrogas de Estados Unidos (la DEA), recuperó la idea y dio un comparativo: “Ochenta mil personas fueron asesinadas en México durante la guerra contra las drogas en los últimos 8 años. Durante la intervención de Estados Unidos en Vietnam, 58 mil estadounidenses fueron asesinados en 10 años.
La mañana del 1 de diciembre de 2006 ,Calderón Hinojosa, usó por primera vez la banda presidencial . En su elección como presidente los votos que los llevaron al poder están hasta la fecha en duda. Por eso, siete días después de iniciar su sexenio lanzó el “Operativo Conjunto Michoacán” en el que participaron 10 corporaciones federales estatales y municipales con la intención supuesta de combatir el narcotráfico en la entidad “por cielo, mar y tierra”.
El gobierno calderonista envío a 4 mil 200 militares, mil marinos, mil 400 policías federales y 50 agentes del Ministerio Público a la entidad con la misión de acabar con el crimen organizado. La estrategia simplemente fracasó.
Aunque las cifras de los muertos durante el sexenio calderonista no son claras diversos informes señalan que hay cerca de 26 mil personas desaparecidas a causa de la guerra contra el narcotráfico. Felipe Calderón podrá acudir a cuantas entrevistas en la radio quiera pero sus palabras carecen de pruebas y apelan a la adjetivación y a su visión mesiánica cuyas consecuencias sufrió la sociedad mexicana durante su mandato.