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Columna "Sendero Político, Por José Cruz Delgado.- El 24 de febrero de 2013 nacieron los grupos de autodefensa de Michoacán. El primero en "levantarse" en armas fue Hipólito Mora Chávez. Traía una "taquera" lista para hacerle frente al cártel de "Los Caballeros Templarios". Usaba una camisola tipo militar y estaba encapuchado, siendo acompañado por un reducido número de hombres. Después de ello, ese mismo día también surgiría la autodefensa de Tepalcatepec y se desencadenaría este movimiento como "reguero de pólvora" por varios pueblos calentanos del estado. Llegaría al Valle Esmeralda, la zona aguacatera y en un sólo caso al Occidente: Yurécuaro.
En aquellas fechas todo se dio por el hartazgo de la gente contra la delincuencia organizada y sus miembros hacían honor a esta denominación, pues ya no se dedicaban únicamente al narcotráfico, se habían convertido en «empresarios» del crimen y habían ampliado su gama de «negocios» a la extorsión, el secuestro, el cobro de «cuotas» de «protección», manejaban la piratería, la explotación de minerales, las casas de empeño, los centros nocturnos y la gota que derramó el vaso: Ponían «aranceles» a los precios de la tortilla, a la venta de ganado y de carnes, además de cobrarse «deudas» al despojar a sus dueños de manera «legal», a través de documentos firmados ante notario, de huertas de limón, de aguacate, así como de camionetas y otras propiedades, aunado a violaciones contra mujeres y jóvenes: damas y varones que les gustaban a quienes eran en aquel entonces los amos y señores de Michoacán, ante un gobierno que volteaba la cara para no ver, esa era la realidad contada por todos aquellos que se armaron al decir que preferían morir peleando antes que ser descuartizados. Hombres y mujeres se levantaron en armas contra el crimen organizado ante la incapacidad del gobierno.
El fanatismo del grupo delictivo llegó a tal grado de colocar «capillas» a «San Nazario», el máximo líder «templario». Su nombre: Nazario Moreno González, alias «El Chayo» o «El Más Loco», quien en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, fue supuestamente «abatido» por las fuerzas federales tras un enfrentamiento, pero no fue así. Por los ojos de aquel gobierno estaba oficialmente muerto. Hecho cacareado por el propio ex presidente de la República. Un difunto que muy vivo ordenó a sus seguidores instalar en distintos puntos de la Tierra Caliente del estado imágenes de él. Al estilo religioso, como si fuera un Malverde michoacano.
Varias de las estatuas estaban cubiertas de piedras preciosas, oro y plata, incluso una de ellas en la actualidad forma parte del Museo del Narco, no abierto al público, que pertenece a la Secretaría de la Defensa Nacional, así lo revelaron en su momento a este reportero los mandos militares que la aseguraron en uno de sus operativos. Las autodefensas fueron creadas en contrapeso a todo lo anterior, así lo diría su fundador, Hipólito Mora. Al paso de los días del surgimiento de estos grupos de ciudadanos que encaraban a «Los Templarios» aparecerían en escena otros líderes de ellos: El doctor José Manuel Mireles Valverde que comenzó a tomar fuerza en Tepalcatepec por su facilidad de palabra. Era el que se animaba a dar entrevistas a la prensa allá en su localidad y así fue ganando carisma entre la gente no sólo de su comunidad sino de otras.
Luego saldrían más voces en defensa del pueblo. Al levantarse en armas Coalcomán, su entonces alcalde, Rafael García Zamora, fue el que respaldó a la autodefensa de dicha demarcación. Habría más cabecillas al unirse otros municipios a la pelea, pero muy opacos por su falta de aparición ante las cámaras. Al alcanzar el movimiento la región aguacatera, en Tancítaro otro edil sería muy conocido por apoyar la lucha de la ciudadanía contra «Los Templarios», Salvador Torres.
Hubo mucho derramamiento de sangre por enfrentamientos, por atentados en contra de los autodefensas y después de que el problema era minimizado por el gobierno estatal, que en voz de Jesús Reyna García, ex gobernador interino, afirmaba que el conflicto únicamente era de unas cuantas personas y añadía en declaraciones hechas a los medios de comunicación que «La Ruana y Tepalcatepec no eran toda la Tierra Caliente», cuando los reporteros le preguntaban sobre el conflicto en la región, tuvo que llegar la Comisión para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, encabezada por Alfredo Castillo Cervantes, hombre de confianza del presidente de México, Enrique Peña Nieto, ante la probabilidad latente de que el movimiento armado alcanzará otras dimensiones.
Más funcionarios serían detenidos por presuntas relaciones con el crimen organizado al igual que un hijo del ex gobernador, Fausto Vallejo Figueroa, quien después obtendría su libertad, caerían muchos lugartenientes «templarios», incluidos los líderes del cártel, unos abatidos y otros arrestados: Enrique Plancarte Solís «Kike» Plancarte, Dionisio Loya Plancarte «El Tío», aunado al resucitado Nazario Moreno, que esta vez sí pereció, en un enfrentamiento a tiros contra la Marina, se diría oficialmente. El último «templario» de peso que quedaría era Servando Gómez Martínez «La Tuta», mismo que anduvo a «salto de mata» hasta que finalmente fue detenido y en la actualidad está recluido en «Almoloya», hoy llamado el penal federal de «El Altiplano».
El doctor Mireles sufriría un accidente en avioneta y sería removido de la vocería del extinto Consejo de Autodefensas de Michoacán, lugar que ocuparía en cierta medida Estanislao Beltrán Torres, mejor conocido como Papá Pitufo, quien fuera un incondicional del galeno, pero que irónicamente después éste mismo lo llamaría «traidor» por colaborar con el gobierno.
La Comisión para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán que encabezaría el tristemente célebre Alfredo Castillo Cervantes, aplicó el 10 de mayo de 2014 la «desmovilización» de las autodefensas y convirtió a algunos de sus integrantes en elementos de la Fuerza Rural. Ya para ese momento era toda una mezcla extraña, al avanzar los grupos de autodefensa por distintas comunidades se fueron llenando, a decir de la propia gente que participó en esa lucha, de «perdonados» que no eran otra cosa que «templarios» que «cambiaron bandera» y muchas personas inconformes con ello se separaron de la pelea.
Otros grupos de autodefensa serían señalados por estar formados de ex «templarios» que únicamente se ponían la playera blanca, un símbolo que en aquella época era empleado por los autodefensas. La confusión, la inconformidad y la traición abrazó a estos grupos y la «desmovilización» emprendida por Alfredo Castillo no frenó la operación de los mismos, de unos 6 mil autodefensas que había en Michoacán, aproximadamente mil se unieron a la Fuerza Rural, de acuerdo con cifras dadas a conocer por el propio ex comisionado. El intento del 10 de mayo de extinguirlos había sido un fracaso. Mireles Valverde terminó encarcelado, sigue en la prisión federal de Hermosillo, Sonora, por Violación a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos. Otros 380 autodefensas corrieron con la misma suerte que él.
Hoy en día aún operan las autodefensas en varios puntos de la entidad y el gobierno de Michoacán ha realizado un nuevo intento por cerrar esta etapa de la historia local. El 11 de febrero de este año, Silvano Aureoles Conejo, mandatario estatal, anunció que había llegado el fin de las autodefensas y advirtió que los civiles que estuvieran armados al margen de la Ley serían detenidos. El martes pasado en la ciudad de Los Reyes se cumplió y fueron arrestados 13 «residuos» de los grupos de «autodefensas» que ahora quieren controlar territorios para ejercer el narcotráfico y otras actividades delictivas, así lo diría José Martín Godoy Castro, titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado, quien se refirió a «El Americano», «El Chanda» y «Los Viagras». Estos arrestos desataron bloqueos carreteros por varias horas en el Valle Esmeralda y en dos puntos de la Tierra Caliente michoacana: Buenavista y Úspero.
Después de todo lo mencionado, que ha sido obtenido producto del trabajo periodístico diario, ahora se sabe, de acuerdo con lo comentado por el procurador del estado, que varios grupos de autodefensa se transformaron en células delictivas. Él recalcó: «Son los típicos que ‘El Americano’, que ‘Los Viagras’ la misma gente que todo mundo conoce y que en su momento anduvo ahí trabajando esos temas de autodefensa… Decirle a la sociedad que esta gente que está haciendo esto traen doble bandera, no está defendiendo a las comunidades, esta gente lo que quiere es controlar territorios para ahí establecer sus laboratorios, envenenar a nuestros jóvenes y luego genera uno acciones y ahí andan colgando mantas, ya no puede ser eso, tenemos que darle para adelante y la sociedad tiene que apoyarnos».
Contactos del gobierno dijeron sobre eltema que: «Curiosamente operan con tácticas similares a las de ‘Los Templarios’. Realizan bloqueos carreteros ante cualquier acción de la autoridad y para ello le pagan a la gente. Esto con la intención de frenar posibles detenciones». Al respecto, Martín Godoy ha subrayado: «… Muchos de ellos encuentran su base en la sociedad, porque el líder les da 200 pesos para que vayan a bloquear y las personas ahí van y lo hacen, este es un llamado para la población para que no estén apoyando a esta gente, la autoridad actúa, detiene a estos individuos para llevarlos ante los tribunales por sus acciones delictivas y ahí va la sociedad que genera acciones de manifestación y protesta a favor de éstos y eso no puede ser». Ante esta metamorfosis de los «autodefensas» el abogado de la entidad les ha lanzado una advertencia: «Tenemos que ir -por todos ellos-, lo vamos a hacer y lo vamos a lograr, no hay poder delincuencial que sea más fuerte que el Estado, eso que quede claro, lo vamos a lograr. El objetivo es conseguir que Michoacán sea uno de los estados más seguros de la República».
