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CENTENARIO DE LA CONSTITUCIÓN ¡Nada que celebrar!

Artículo de Fondo «Repercusiones», Por Samuel Maldonado B.- Prácticamente justo cuando casi se cumple el centenario de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (1917 -2016), se hace obligado realizar (aun cuando sea un análisis somero), de los efectos provocados por la importante decisión de un grupo de personajes nacionalistas, totalmente diferentes de los que ahora conforman, mayoritaria y lastimosamente,  el “Honorable Congreso de la Unión.

Nadie puede dudar de los muchos cambios positivos que se provocaron en el país, precisamente por la aplicación de esos postulados en sus primeros setenta u ochenta años, pero además, vale el análisis por las muchas arbitrariedades que en los últimos treinta años, el poder instituido ha logrado provocar en los mexicanos  mayoritariamente, un enojo por la serie de arbitrariedades, mentiras, actitudes descaradas, retardatarias, en muchos aspectos, pero principalmente en lo económico, lo político y lo social.

Considerando además que en esos primeros años del siglo pasado la  mayoría de la población,  juzgaba positivamente el enorme esfuerzo realizado por los diputados constituyentes para impulsar ese código normativo, que no tenía más críticos que aquellos herederos y beneficiarios del capitalismo y de la dictadura atroz en la que primero se mataba y después se averiguaba, misma que se había sostenido por el apoyo de los grandes hacendados y beneficiarios de ese sistema dictatorial.

Debemos de recalcar que durante la etapa porfirista, la mayoría de la población se mantenía en el ostracismo, al margen del avance y en la ignorancia, mientras unos cuantos se deleitaban en los grandes festejos del primer centenario de la Independencia, mismos que serían despojados del poder,  de sus grandes haciendas y de sus enormes extensiones de tierra en los años siguientes.

Ya sin la dictadura, el país encontró su rumbo impulsando la educación, desde las primeras letras hasta los estudios profesionales e incluso de maestría y doctorado en muchas ramas de la ciencia y la investigación. Hubo atención  médica gratuita para miles de desheredados y recuperando las riquezas naturales no renovables vino la industrialización y el avance; desafortunadamente con este, llegó la corrupción política que hoy nos hunde en la desesperación e impotencia.

En esos años hubo se recuperó la industria petrolera y el gobierno tomo en sus manos la administración de generación de energía y se impulsó la industrialización, la fabricación nacional de carros de ferrocarril, automóviles, industria siderúrgica, la Petroquímica básica, la industria papelera, pilares del avance nacional, pero… comenzó supuestamente a “modernizarse en nuestro país y con éste  ” La supuesta actualización de  Constitución Política de 1917.

En este aniversario, indudablemente reconocemos a todos aquellos grandes mexicanos (más de trescientos treinta) que si bien, no todos eran muy ilustrados, siempre supieron ser leales en sus principios ideológicos y muy respetuosos del jefe Carranza, quien fuera encargado del Poder Ejecutivo (1917-1920) al derrocar al chacal Victoriano Huerta.

Reforma tras reformas, fue cambiando la Constitución, y pronto vimos sus resultados, pues los diputados y senadores dejaron de ser servidores de la Nación y todos, que en su conjunto eran más que el titular del Poder Ejecutivo, devinieron en senadores  y diputados muy chiquititos, siempre al servicio del  poder presidencial. Los miembros de ambas cámaras del Poder Legislativo, dejaron de ser pues, representantes de la Nación y ahora son otra cosa, tal vez adoradores del becerro de oro,  pero menos son lo que consideran ser, aun cuando cobran como lo que no son.

 

 

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