03 de enero, 2016 — El Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, llamó a la calma y a la moderación después de la ejecución de un prominente clérigo chiíta y de otros presos en Arabia Saudita.
El sábado, las autoridades de ese país anunciaron que el jeque Nimr Baqir al-Nimr fue uno de los 47 ejecutados por cargos relacionados con el terrorismo. El incidente provocó la condena regional y protestas que incluyeron el ataque a la embajada saudita en Teherán, la capital iraní.
En un comunicado emitido por su portavoz, Ban instó a los líderes regionales a trabajar para evitar nuevas tensiones sectarias y deploró las violentas manifestaciones en contra de la representación saudita en territorio iraní.
El Titular de la ONU afirmó que en varias ocasiones abordó el caso del clérigo con las autoridades sauditas y que el juicio del líder religioso y de varios de los ejecutados planteó dudas sobre la naturaleza de los cargos y la justeza del proceso.
El Secretario General instó a Arabia Saudita a conmutar todas las penas de muerte como parte del creciente movimiento mundial que busca abolirla.
Por su parte, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, se unió al llamamiento de Ban y solicitó al gobierno saudita una moratoria de la pena máxima y lo instó a trabajar con la ONU en otras estrategias para combatir el terrorismo.
Zeid también expresó preocupación por el «incremento reciente de las ejecuciones» en ese país árabe.
Según la ONU, 157 personas fueron ejecutadas en Arabia Saudita en 2015, mientras que en 2014 fueron 90. Las cifras de años anteriores fueron inferiores.