Columna Política «REPERCUSIONES», Por Samuel Maldonado B.- Tanto el Ejército Nacional, como la Marina y la Policía en lo general, han sido ineficaces para apresar a los miembros de los diferentes cuerpos y organizaciones criminales, que mantienen a los ciudadanos de todo el país en el temor generalizado, no obstante los enormes recursos económicos que el gobierno federal y los de los Estados de la República han dispuesto para su combate y la extinción o disminución del “crimen organizado”.
Tal vez si esos archimillonarios recursos utilizados en la compra de armamento, equipamiento sofisticado (helicópteros, chalecos, vestimenta, camionetas, tanques, etc.) principalmente a los Espantados Unidos, a efecto de fortalecer tanto a la Armada de México como al Ejercito Nacional y a las diferentes policías, se hubieran utilizado para la generación de fuentes de trabajo, mejor pagadas que el raquítico salario que se ha traducido en archimínimo por efecto de la “apreciación del dólar”, no se mantendría al país en lo general en esta incertidumbre colectiva y desde luego, no comentaríamos bromistamente que en México, la policía, la marina y el ejército no vienen cumpliendo con sus obligaciones constitucionales.
Lo anterior, nos hace recordar que en la ciudad de México, hace ya muchos años, hubo un programa de radio que se llamaba “La policía siempre Vigila” transmitido a nivel nacional por la estación de radio XEW, mismo que duró 28 años y que dió fin a su transmisión en los años de 1969. Esta difusión radial, consistía en dramatizar en un pequeño auditorio de las instalaciones de la radiodifusora, abierto al publico, los casos de famosos delincuentes tanto de los Espantados Unidos, como de los que tenían su reinado en nuestro país, pero principalmente en la gran capital.
Prácticamente miles de familias completas los escuchábamos alrededor de la radio y lo recuerdo precisamente en esta época debido a la repetición interminable de crímenes, asaltos a mano armada, robos, etc., en la que desafortunadamente muchos elementos de las organizaciones militares, policiacas y civiles encargadas de la seguridad pública en lo general han venido manteniendo cierta concomitancia con el crimen organizado, o bien, no están cumpliendo con sus obligaciones debido a la incapacidad, falta de medios y capacitación o poca profesionalización de los mismos organismos y de su personal, que teniendo la obligación de combatir la criminalidad, no lo hacen adecuadamente o de plano, por estar en contubernio con los grupos delictivos, lo que nos hacía modificar el nombre por el que encabeza este escrito, e indicar que en lugar de vigilar, la policía siempre esta “en vigilia”; es decir, trasnochada o desvelada o incapacitada para llevar a los que están por encima de la ley a los centros supuestamente de rehabilitación social.
En la época de mención (1950 -1970), criminales y ladrones eran conducidos unos, al Palacio Negro de Lecumberri y otros, los más peligrosos, a las Islas Marías, mismas que, de paso, certificamos que verdaderamente son de una belleza excepcional y que más que prisión son un verdadero “paraíso” que bien vale la pena conocer.
La antigua Penitenciaría de la Ciudad de México, construida en la época porfirista como un centro seguro, moderno y de rehabilitación, en sus años ha dado “cobijo” tanto a periodistas y estudiantes que no han concordado con el gobierno, como a famosos criminales, entre los que se cuentan a Gregorio Cárdenas (asesino serial, conocido como “El estrangulador de Tacuba” 1940), a Higinio Sobera de la Flor (encerrado por el asesinato de dos mujeres); a Ramón Mercader (autor del asesinato de León Trotsky), a Gilberto Flores Alavez (asesinó de su abuelo Gilberto Flores Muñoz, y de su abuela la Sra. Asunción Izquierdo) quien fuera gobernador de Nayarit y director de la Comisión Nacional de la Industria Azucarera y desde luego a muchos estudiantes en la época de Alemán, de Gustavo Díaz Ordaz y de Miguel de la Madrid Hurtado, que fueron acusados acusados por el inventado delito de “disolución social”, de robo, secuestros, etc. a efecto de dar un ejemplo nacional. Hoy en día, la antigua cárcel está reconvertida en el Archivo General de la Nación”.
En fin, la incapacidad manifiesta de los organismos estatales y nacionales encargadas de la seguridad nacional es clara y otro ejemplo, lo es la fuga en helicóptero (1971) de Joel David Kaplan del penal de Santa Marta Acatitla, o el último del Chapo Guzmán del penal de alta seguridad del Altiplano de México, por lo que muchos, burlonamente, seguimos indicando que: “La policía siempre en Vigilia.