Columna Política «REPERCUSIONES», Por Samuel Maldonado B.- ¡El PRD se encuentra en el filo de la navaja¡ pues en los últimos años, una de sus principales tribus que actualmente conforman el PRD, ha practicado como regla superior un colaboracionismo oficial, siempre al margen de los estatutos fundacionales, lo que ha impulsado a este instituto político a una posición de degradación constante y prácticamente lo ha puesto en el filo de la navaja, perdiendo día a día los espacios políticos ganados con esfuerzos y sacrificios y enfangándose en sus pleitos internos, que lo aleja de la sociedad, de la esencia de sus normas estipuladas y que lo orillan a perderse lamentablemente en el lodo de la ignominia y politiquería, olvidándose de los objetivos esenciales que le dieron origen en 1988.
Su actual presidente nacional, miembro secundario de su tribu, obediente siempre no a lo que mandata su Consejo Nacional (sino a lo que le ordena su jefe, el Chucho mayor), obtuvo a finales del año anterior un triunfo pírrico cuando quiso debatir principios y normas con el impulsor y fundador principal del partido del Sol Azteca, quien finalmente tomó la sana determinación de renunciar al partido, considerando acaso que mientras no se retomaran los principios que le dieron origen, sería perder el tiempo en debatir la irracionalidad de quien representaba de facto a este partido.
Desde la renuncia al instituto por él fundado, el Partido de la Revolución Democrático va involucionando, de mal en peor y hoy sigue hundiéndose en la ignominia, permitiendo y respaldando al Poder Ejecutivo Federal para que continúe con la depredación de las principales industrias que durante muchos años le dieron a México una autoridad, respeto y presencia en toda la América Latina, características hoy perdidas.
Haciendo pues a un lado los principios que le dieron origen, la actual dirigencia nacional de facto se debate entre pleitos e insultos internos, cuando lo que más se necesita en el país es la suma de voluntades que permita retomar viejas sendas nacionalistas, hoy perdidas en la memoria de sus dirigentes izquierdistas que allá en sus mocedades, efectivamente se pensaban de izquierda verdadera.
Precisamente por esa deshonesta conducta y como producto del impulso que dieran al denominado “Pacto por México”, miembros de la corriente Nueva Izquierda fueron abucheados singularmente durante el Congreso Nacional Extraordinario, que se llevó a cabo, tengo entendido, en el parque Plutarco Elías Calles, durante el fin de semana.
Cabe recordar que por el prestigio y el esfuerzo personal de Cuauhtémoc Cárdenas, de la nada se fundó el partido y fue él quien advirtiera en el veinticincoavo aniversario de la fundación, de la necesidad urgente de retomar los principios, hoy olvidados por los “chuchos y otras corrientes más”.
A grado tal llega el descaro de la dirigencia actual que hoy buscan modificar los estatutos partidistas de tal manera que les permita imponer como Presidente del PRD Nacional a un prominente ciudadano miembro reciente de toda su vida, del Partido Revolucionario Institucional, cuando en meses anteriores le “abrieron” prácticamente al Ing. Cárdenas, las puertas para que saliera del partido por él fundado principalmente.
Los abucheos recibidos por los “chuchos” de parte importante del consejo Nacional celebrado, dan cuenta pues de la negativa popularidad de dicha salvaje tribu, que en su haber está el haber firmado un pacto político que permitió al gobierno federal, destruir en gran parte y en poco tiempo lo que con muchos esfuerzos gobiernos nacionalistas lograron construir para beneficio colectivo de los mexicanos. Recuperar para el país toda una fortaleza fue un acto profundamente nacionalista; Perderlo en un pacto firmado, una estupidez de los chuchos.