Morelia, Mich., 31 de agosto de 2015.-El periodo en el cual gobernó, Salvador Jara Guerrero perdió de vista el caos administrativo que prevalece en la estructura de su gobierno, donde siempre argumentó que no tenía recursos económicos para la ejecución de los programas elementales de salud, obras, educación y seguridad, en cambio optó por descansar descansó el ejercicio de gobierno en los enviados federales, destacó Carlos Torres Piña.
Subrayó que en el informe que ofreció este día al Congreso del Estado, faltó autocrítica y sinceridad, para reconocer que existe una crisis de inseguridad del fuero común, que se incrementó la deuda pública de largo plazo, y donde se caracterizó por los escándalos, y por ser un gobernador peregrino, que priorizó los viajes al extranjero y en menoscabo de los municipios de Michoacán.
Torres Piña enfatizó en la breve administración de Salvador Jara la deuda pública estatal de largo plazo se incrementó en 1.6 mil millones de pesos, al pasar de 15.4 mil millones en junio de 2014 a 17.08 mil millones hasta junio pasado. Asimismo, la deuda de pasivos en Michoacán creció un 34 por ciento, lo que equivale a alrededor de 5 mil millones de pesos, según estadísticas del Centro Michoacano de Evaluación (Cemide).
“Uno de los señalamientos que más controversia han generado es que a pesar de la gravedad financiera del estado, es la decisión del Gobernador sustituto es la autorización de un incremento del 3.5 por ciento, lo que representó una erogación promedio mensual mayor a los 60 millones de pesos en la nómina. Los más beneficiados fueron los funcionarios de primer nivel, el que está integrado por el círculo de amigos del gobernador, entre quienes los salarios promedio mensual oscilan entre los 50 mil a los 60 mil pesos, más prestaciones. A todos ellos se les autorizó un incremento retroactivo al 2014, cuando Jara fue designado gobernador”, destacó.
Torres Piña subrayó que a lo largo del informe que ofreció a los diputados locales, Jara optó por las posturas obsequiosas con la Federación, sin embargo no reconoció el desorden administrativo presente en su gobierno, en donde no pudo hacer frente a los compromisos y adeudos financieros con los municipios y otros sectores del estado