Pachuca, Hgo., 28 de agosto de 2015.- La catástrofe silenciosa de la educación ya ocurrió, aseguró el escritor Rafael Pérez Gay durante el homenaje a su trayectoria editorial, ofrecido por la Feria Universitaria del Libro, FUL2015, que organizan la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) y su patronato, donde expresó que sin un sistema educativo que pueda ir avanzando será muy difícil hablar de fomento educativo.
«A esa catástrofe le sobra Elba Esther Gordillo, le sobra la CNTE, le sobra la corrupción, le sobra la falta de interés y le sobran malos secretarios de educación; en contraste, le ha faltado convicción, le ha faltado compromiso y políticos convencidos de que pueden hacer grandes cosas», dijo contundente el autor de «Nos Acompañan los Muertos» y «El cerebro de mi hermano», su más reciente obra, sobre su hermano José María.
Pérez Gay subrayó la importancia de los libros como registros de la memoria y parafraseando a Jorge Luis Borges afirmó que la palabra escrita es una extensión de ésta y nos permite extender nuestros recuerdos después de la muerte.
«La memoria es al final nuestro único patrimonio», expresó tras advertir sobre el riesgo de la desmemoria y la responsabilidad del escritor de no permitir que las cosas importantes pasen ante sus ojos sin asirlas, sin retenerlas, sin compartirlas, por dolorosas que estas sean”.
Así, se refirió a su más reciente libro donde narra la fase terminal de su hermano, «una mente brillante que se iba apagando ante nuestros ojos» y cuyo final fue guardando en capítulos no mayores a tres páginas, para ir contando la enfermedad en un proceso de liberación y despedida.
«Los escritores somos reporteros de guerra de las emociones y tomamos el reto de escribir todo lo importante que ocurre ante nuestros ojos. En mi contacto con los libros fui entendiendo que las palabras que se unían una tras otra podían generar significados intensos, de ahí viene todo», expresó el novelista y cuentista, luego de recordar que los libros son en muchos casos esos objetos, esas cajas que guardan la memoria de nuestras ciudades, de nuestro estado, de nuestras vidas e incluso de nuestro país.
Así pues, consideró, el reino de las letras seguirá vivo, el libro impreso compartirá espacio con el e-book, y el reto de la palabra escrita será la de mantenerse a la par de las imágenes en este mundo digital, «en medio de todo lo que oyen y ven, de los celulares y las pantallas dejar la oportunidad de perderse en un poema», invitó a los asistentes de la FUL2015.
Finalmente celebró la capacidad de las ferias literarias para acercar los libros a un público de edades diversas y gustos distintos, e insistió en la necesidad de sacar los libros de las librerías para convertirlos en objetos de uso corriente, en instrumentos de vida cotidiana.
«Cada vez que los libros salen tengo la sensación de que hay muchos lectores en acto y en potencia. Cada vez que entró a lugares donde están los libros serios y olvidados tengo la sensación de que perdemos lectores», dijo y recordó que el 42% de los mexicanos no han puesto nunca un pie en una librería y el 52% nunca ha entrado a una biblioteca, «de modo que sacar los libros y hacerlos que estén cerca de un concierto, es un hallazgo y es un acierto», concluyó.