Columna Política «REPERCUSIONES», Por Samuel Maldonado B.- Sería contra natura que político alguno que se precie de serlo, tuviera el interés de exterminar a otro político que no comulgara con sus ideas, pues de hacerlo estaría negando su esencia como tal. Por lo mismo, estoy cierto que ninguna organización política tiene el menor interés de hacer desaparecer a otra organización par y sin embargo, la estupidez provoca no solamente lo anterior, sino que promueve la destrucción…, la guerra. Cuando lo anterior se da, podemos entenderlo como una aberración, un accidente o debido a la naturaleza propia. Sería, de darse tal caso, una aberración o una estupidez personal, pero de ninguna manera, como un principio o norma aceptado por la humanidad.
Lo anterior viene a relación por las declaraciones del todavía presidente del PRD, Carlos Navarrete Ruiz, quien pretende encubrir su ineficiencia política en la conducta inadecuada de quienes han abandonado, por diferentes razones, el Instituto Político fundado en 1988. Prácticamente, el Chucho menor acusa que la debacle que sufrió su partido en las elecciones nacionales recientes se debe a la separación del Partido de la Revolución Democrática de personajes distinguidos como lo son Andrés Manuel López Obrador, pero principalmente a la renuncia del fundador del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
Navarrete no señala el pésimo gobierno que viene realizado en Morelos Graco Ramírez Garrido Abreu, ni tampoco precisa la falta de tino de los priistas que disfrazados de perredistas vienen gobernando en el Estado de Guerrero, apoyados por las tribus que salvajemente han venido dirigiendo el partido en ese Estado. ¡No!, para Carlos, solo existen dos nombres: Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador, mismos que, señala “son quienes colocaron al sol azteca en su más profunda crisis”. ¡Se van pero se quedan! termina afirmando. Olvida que fueron ellos, “los chuchos”, su grupo, los que impulsaron las gubernaturas de José Luis Abarca (en Iguala) y la de Ángel Aguirre Rivero como gobernador del estado vecino.
El todavía presidente nacional alicaído, puso a consideración de la asamblea general del Sol Azteca, su renuncia que, según se anuncia, fue aceptada prácticamente por unanimidad. Como dirigente siempre estuvo supeditado a las instrucciones de sus dos jefes, Zambrano y Ortega. Recibía órdenes, no mandaba, no dirigía y ahora busca descargar su ineficiencia como presidente, su baja votación electoral, no en la mala conducción que de su partido hizo ni tampoco en las lamentables negociaciones para entregar lo que quedaba de las empresas energéticas (luz y petróleo) que realizaron con el gobierno federal.
Como resultado de esas traiciones, en las elecciones recientes el PRD tuvo una considerable pérdida de votantes y desde luego, en posiciones políticas, que prácticamente hicieron perder el control en la ciudad de México, para compartirla con Morena principalmente y, desde luego, a poner sobre la mesa de la asamblea interna partidista su renuncia anticipada.
Si varios meses antes de la debacle tenida en su partido, hubiera hecho advertencia alguna sobre la necesidad de corregir errores y sumar esfuerzos otra cosa hubiera obtenido. En su confesión Navarrete olvido lo más impactante que ha sido, tristemente, la solidaridad que con el gobierno de Peña Nieto tuvieron los “chuchos”. Así, trágicamente para el país, terminaron por vender sus conciencias al mejor postor. Firmaron un Pacto siniestro para el país y ya estamos viviendo la consecuencia de ello: prácticamente la desaparición de Petróleos Mexicanos (Sic).
Olvidó, que se és o no se es y no buscó o no encontró las estrategias adecuadas, sino que se empeñaron en encontrar candidatos totalmente afines a ellos.
Prácticamente abrieron las puertas pero para que por ellas saliera el Ing. Cárdenas; se regocijaron con su salida y ahora a éste “chucho” le escurren las lagrimas. Ya no más les sirve a sus jefes. Ahora buscan, incluso, al mismo tabasqueño, a quien acusan de su fracaso. La ceguera de Carlos Navarrete, hizo florecer “la peor crisis del PRD en sus 26 años de vida”.