Morelia, Mich., 04 de agosto de 2015.- La supresión de refrescos como bebida para quitar la sed y acompañar los alimentos, previene en los niños no sólo el sobrepeso, sino la diabetes en la edad adulta, osteoporosis, baja estatura y daño en la dentadura, afirmó la doctora Beatriz Yadira Salazar Vázquez, ante los pequeños talleristas del Verano de la ciencia, curso organizado por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, a través de la Coordinación de la Investigación Científica.
En este segundo día, los talleristas a través de la ingesta de su desayuno acompañado de un reloj de arena que les indicaba cada cuándo deglutir un bocado (30 segundos es la recomendación de la investigadora), y qué beber para acompañar sus alimentos, practicaron dos de los cinco pasos que el grupo de investigadores radicados en la Universidad Juárez, ubicada en Durango, ha denominado “Buenas costumbres para un futuro saludable”.
A través de juegos, experimentos con agua, azúcar, aceite y galletas, los pequeños pudieron apreciar visualmente cuánta es la cantidad de azúcar de las bebidas comerciales y el por qué debe tomarse agua para quitar la sed y acompañar los alimentos. También la importancia de comer sentados en la mesa y no mientras se camina, juega, ve la televisión o frente a la computadora.
La doctora Salazar Vázquez, afirmó que los niños que consumen refrescos en vez de agua, crecen hasta cinco centímetros menos que quienes beben agua, ya que de las 15 cucharadas que contiene una bebida comercial de 600 ml., un niño sólo necesita 5 diarias para mantener su energía. El exceso de azúcar, explicó a los niños, provoca sueño, dolor de estómago, falta de atención, sobrepeso y otras enfermedades que pueden iniciar en la adolescencia como caries en los dientes, osteoporosis, baja estatura, diabetes y problemas cardiovasculares.
El agua es la bebida recomendada en todos los casos por este grupo de investigadores conformado por egresados de la Universidad Juárez, Universidad Nacional Autónoma de México, Universidad de California en San Diego y el Colegio Nacional, quienes durante tres años han demostrado a través de la aplicación de su programa en una escuela primara, que los hábitos del buen comer inician en la infancia y logran que se revierta el sobrepeso y obesidad a edad temprana.
En el primero de los tres folletos que entregaron a los niños que conforman el grupo de “Verano de la ciencia” en la Casa de Hidalgo, afirman que en las tres últimas décadas, el número de niños con sobrepeso y obesidad en México ha aumentado y con ello han aparecido diferentes trastornos en edades cada vez más tempranas, mismos que son factores de riesgo metabólico y cardiovascular, que, de no ser tratados, pueden convertirse en mortales.
Comer despacio, hacerlo en la mesa y de preferencia con familiares, creando así una convivencia agradable durante la ingesta de alimentos, evitar comer entre las comidas, ver a la comida como una necesidad de alimentación, no como un premio merecido (idea publicitaria muy marcada para las golosinas) e ingerir agua para calmar la sed, así como evitar alimentos con exceso de azúcar, fueron las ideas principales en torno a las cuales se llevaron a cabo experimentos, juegos y otras actividades dirigidas a los menores talleristas.