Artículo de Fondo, Por Rafael García Tinajero P.- Pronto será el momento en que se tendrán que definir los objetivos y definir las metas de lo que será el Programa de Gobierno 2015-2021 para Michoacán. Condición indispensable para lo anterior será la elaboración de un diagnóstico sobre como el sistema de salud de Michoacán ha venido cumpliendo su objetivo fundamental que es mejorar la salud de los michoacanos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un sistema de salud funciona adecuadamente si al responder tanto a las necesidades como a las expectativas de la población cumple los siguientes objetivos: mejorar la salud de la población; reducir las inequidades en salud; proveer acceso efectivo con calidad y mejorar la eficiencia en el uso de los recursos.
Las condiciones de salud de los michoacanos han mejorado durante las últimas décadas, la esperanza de vida al nacer ha aumentado; la mortalidad en prácticamente todos los grupos de edad ha disminuido. Estos indicadores han mejorado, sin duda, por que también lo han hecho las condiciones en que los michoacanos nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen. El progreso en la educación, el nivel de ingreso, la alimentación, las condiciones de la vivienda y del empleo y en la infraestructura pública —agua potable, drenaje, luz eléctrica— así como la mejora en el acceso a servicios de salud y la disponibilidad de nuevas tecnologías al alcance de una mayor población han propiciado una vida más saludable. Sin embargo aún queda para Michoacán un largo camino por recorrer para lograr indicadores de salud similares o iguales a los de las regiones más avanzadas del país y del mundo.
Ha habido una transición demográfica dada fundamentalmente por el aumento de la longevidad lo que ha tenido como consecuencia el envejecimiento de la población, esta junto con la adopción de hábitos de vida no saludables –sedentarismo, adopción de dietas altas en contenido calórico, consumo de alcohol,tabaco y drogas ilícitas, – han tenido como consecuencia el aumento de la prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes mellitus, hipertensión arterial, obesidad y sobrepeso, entre otras. Al mismo tiempo y como consecuencia de que el Sistema Nacional de Salud a privilegiado la atención hospitalaria sobre las medidas preventivas que incluyen la corresponsabilidad de la población en el cuidado de la salud, estas enfermedades se han convertido en las principales causas de mortalidad.
Además de estos retos, hoy persisten deudas con diferentes grupos sociales que viven en condiciones de vulnerabilidad. En Michoacán coexisten la desnutrición y las enfermedades infecciosas, además de las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) y las lesiones como principales causas de muerte; la doble carga de la enfermedad se manifiesta en los más pobres. Tres indicadores ilustran muy bien esta brecha: la tasa de mortalidad infantil , la tasa de mortalidad en menores de 5 años y la razón de mortalidad materna. Esta inequidad responde sobre todo a los niveles de pobreza, educación, infraestructura pública y en el hogar y otros determinantes sociales. Esto implica que las políticas de salud,sobre todo las dirigidas a los grupos más vulnerables deben llevarse a cabo coordinadas con otras políticas sociales y económicos; lo que implica establecer acciones íntersectoriales en todos los órdenes de gobierno.
Una vez abordados los determinantes sociales, la promoción de la salud, la prevención de las enfermedades y la protección contra los riesgos a la salud en cualquier actividad de la vida son las herramientas con las que cuenta el sector salud para asegurar que la integridad física y mental de una persona sólo se vea amenazada por factores genéticos o por el proceso de envejecimiento.
Las acciones de protección y promoción de la salud y las de prevención de enfermedades son las formas de mantener a la población sana, el acceso efectivo y de calidad a los servicios médicos (incluyendo prevención secundaria) es la política con que cuenta el Estado para asegurar que una enfermedad no prospere o retrase su desarrollo, una pronta recuperación de la persona enferma, o una rehabilitación adecuada de la persona lesionada o discapacitada; por ello, el acceso efectivo con calidad es el segundo objetivo que debe de perseguir el Sistema Michoacano de Salud.
Para lograr este objetivo el Sistema Michoacano de Salud debe responder a las necesidades y expectativas de la población garantizando la calidad técnica e interpersonal de los servicios, es decir, asegurar a los usuarios los máximos beneficios de acuerdo con los conocimientos técnicos y científicos disponibles. Hay que romper barreras para el acceso a los servicios ( geográficas, económicas, culturales), garantizar su disponibilidad , oportunidad y la calidad en los procesos de atención. Solo cuando concurren todos estos elementos podemos hablar de acceso efectivo con calidad.
Otro reto importante es garantizar la protección financiera a través de dos caminos: el aumento del empleo formal lo que da acceso a la seguridad social e incorporar a la población sin seguridad social al Sistema de Protección Social en Salud ( Seguro Popular) y asegurar que esta herramienta funcione bien, lo que no ha sucedido en nuestro estado, para disminuir el gasto de bolsillo en el momento de recibir la atención y el gasto empobrecedor y catastrófico en salud que lanza a muchas familias a la miseria año con año.
Otro tema de preocupación es el de la infraestructura ya que durante años se ha dado un crecimiento desordenado de la misma, especialmente en los servicios para la población sin seguridad social. Esta situación ha generado por un lado, la concentración de unidades pertenecientes a diferentes instituciones en las mismas áreas geográficas, y por el otro, la subutilización de algunas unidades, ya sea por falta de recursos humanos y/o equipamiento o por falta de recursos para garantizar su operación. Esta situación se origina por la falta de apego al Plan Maestro de Infraestructura y por sus limitaciones para constituirse como un plan sectorial. Al mismo tiempo hay infraestructura deteriorada o vieja que requiere mantenimiento, remodelación o sustitución lo cual deberá abordarse de forma decidida.
Otro reto importante es el uso de los recursos y la productividad de las unidades de los Servicios de Salud de Michoacán. El equipamiento de dichas unidades con frecuencia no es el adecuado o es nulo y en general los recursos tecnológicos de apoyo de diagnóstico se ubican en el nivel hospitalario. Esta situación trae como consecuencia, además de afectaciones para los pacientes, quienes tienen que estar acudiendo a diferentes unidades médicas, el encarecimiento del servicio. Al mismo tiempo, la infraestructura está subutilizada debido a que se tienen horarios de atención limitados. Finalmente, si las diferencias entre la productividad de las distintas instituciones es un indicador de las ganancias potenciales, debe llamar la atención la varianza en los días de estancia por diagnóstico, los servicios otorgados por personal en contacto con el paciente o las intervenciones innecesarias como muchas de las cesáreas, por solo citar algunos ejemplos.
Los recursos humanos son estratégicos para el buen desempeño de cualquier sistema de salud. El reto es desarrollar una fuerza laboral para la salud que esté disponible, tenga arraigo en las comunidades, sea competente, productiva y responda a las necesidades de la población con prioridad hacia la prevención y promoción de la salud.
Estos son algunos de los grandes retos que Alianza por un Michoacán Sano considera que habrá de enfrentar el próximo gobierno estatal que encabezará Silvano Aureoles con una mezcla exacta de inteligencia, corazón y coraje para así lograr un nuevo comienzo en salud, claro que si.