22 de mayo, 2015 — El Secretario General de la ONU afirmó hoy que la persistencia de la fístula obstétrica entre las mujeres y niñas más pobres y marginadas es resultado de las desigualdades sociales, económicas y de género, así como de la denegación de los derechos humanos y la falta de acceso a servicios de salud reproductiva.
En su mensaje con motivo del Día Internacional para la Erradicación de la Fístula Obstétrica, Ban Ki-moon consideró urgente poner fin a ese sufrimiento innecesario y recordó que este año la jornada llama a erradicar el mal y restablecer la dignidad de la mujer.
La fístula obstétrica es una lesión prevenible del parto que causa incontinencia y hace que las mujeres sufran estigmatización, maltrato y aislamiento de sus familias y comunidades.
Según cifras de la ONU, al menos dos millones de mujeres y niñas padecen de fístula y cada año se producen entre 50.000 y 100.000 nuevos casos, la mayoría de ellos tratables.
El titular de Naciones Unidas apeló a los líderes mundiales a comprometerse para poner fin al flagelo en un futuro inmediato.
“Para alcanzar ese objetivo, cada nación afectada por la fístula debe preparar una estrategia y un plan de acción nacionales de carácter incluyente, con estimaciones de costos y plazos concretos. La comunidad internacional debe también intensificar en forma considerable el apoyo a las naciones más necesitadas”, apuntó Ban.
Por su parte, el Fondo de Población de la ONU (UNFPA) indicó que a doce años de la puesta en marcha de la Campaña Mundial para Erradicar la Fístula, más de 57.000 mujeres y niñas han sido operadas para reparar la lesión.
Agregó que si bien se trata de un logro importante, es necesario hacer mucho más, por lo que instó a la comunidad internacional a impulsar un programa de desarrollo sostenible inclusivo y de amplio alcance que mejore la salud sexual y reproductiva.