México, D.F., abril del 2015.- (Artículo de Fondo por Carlos Loret de Mola, para el periódico El Universal) Desde sus primeras declaraciones a las autoridades que lo detuvieron, La Tuta confesó sin dudar su relación con Rodrigo Vallejo Mora, hijo del ex gobernador de Michoacán, el priísta Fausto Vallejo.
Según fuentes de primer nivel involucradas en la indagatoria, el líder de Los Caballeros Templarios no tuvo empacho en contar a sus captores que en muchas ocasiones se había reunido con Vallejo hijo, para negociar cargos políticos y policiacos, protección, alianzas. Para gobernar, pues.
De acuerdo con los mismos informantes, La Tuta aseguró que jamás tuvo contacto directo con el entonces mandatario Fausto Vallejo, sino que todo lo arreglaba con el hijo y con el secretario de Gobierno, Jesús Reyna.
Algunas de esas reuniones —las menos— han sido exhibidas en video debido a que el cabecilla templario tenía la costumbre de grabar clandestinamente a sus interlocutores.
De esta manera, Rodrigo Vallejo Mora fue uno de los operadores de élite que facilitó la entrega de un estado de la República a un cártel de la droga, acción que tuvo como consecuencia una oleada de muerte, violencia, pánico y crisis económica, de la que Michoacán aún no se repone.
Por eso no se entiende por qué la Procuraduría General de la República no endureció el caso contra Rodrigo Mora. La acusación fue sólo por el delito de encubrimiento, que en el expediente se sintetiza en que el joven no les contó que se había reunido con Servando Gómez Martínez La Tuta ni en dónde. Así que el sábado quedó en libertad bajo fianza pagando nomás 7 mil pesitos. No es descartable que con el mismo destino se beneficie el ex número dos del gobierno estatal, Jesús Reyna, aún recluido.
La salida de la cárcel del hijo de Fausto Vallejo es una enorme señal de impunidad que sólo contribuye a un desánimo social que se profundiza por los pobres resultados económicos, los casos de corrupción, los escándalos de conflicto de interés y la inseguridad presentes en el actual gobierno.
Y despierta a la sospecha de una liberación pactada de cara a las elecciones en Michoacán que releva mandatario estatal este 7 de junio: Fausto Vallejo sigue siendo la cabeza de un poderoso grupo político con capacidad para aportar votos. Él nunca fue imputado, a pesar de que resulta increíble que su hijo y su número dos negociaran personalmente con el líder de Los Caballeros Templarios sin que el gobernador se enterara y lo avalara. La investigación oficial le dio trato de víctima de su hijo. Prefirieron creerle cuando les contó que su pecado fue ser papá y no prestar atención a todo lo que se decía de Rodrigo. Que él fue el primer sorprendido al constatar hasta dónde se había atrevido a llegar su muchacho.
Desde que se vio obligado a renunciar, Fausto Vallejo se entregó a la defensa de su hijo. Tuvo reuniones con funcionarios del más alto nivel, abogando por él. Le proveyó de abogados y estrategias, pactos y cumplimientos. Ahora ya puede ocuparse de la campaña.
Fuente.-Carlos Loret/historiasreportero@gmail.com