La Columna, Por José Cruz Delgado.- Una vieja estrategia para descarrilar la campaña de los adversarios políticos, que no por antigua deja de tener vigencia, es hablar de una vaticinada negociación en las cúpulas del poder, de hecho hoy en Michoacán se vive esta coyuntura. El hecho que el zitacuarense haya sido el candidato, es muestra fehaciente de que se negoció con el perredismo, porque era el candidato más débil, enumerando una larga lista de supuestas deficiencias, y por lo tanto sus nulas posibilidades de triunfo.
Además, sienten los que argumentan esta teoría, poseer cierto caché, incluido un aire de muy entendido sobre temas de alta política.
Por su parte, astutamente Silvano Aureoles, candidato del PRD avivó el rumor, al declarar a la prensa, en su momento, que “construyó una buena relación institucional, respetuosa y de cordialidad con el titular del Ejecutivo” y remató “tengo una imagen del Presidente antes de conocerlo y tratarlo, y creo que ese cambio ha sido para bien, positivo.”
Supuestamente, la entrega de Michoacán sería el pago al PRD y su candidato porque ese instituto político hubiese participado en el Pacto por México y una vez concluida la elección del 7 de junio la certeza de que continuará dentro de éste.
Adicionalmente, el PAN se perfila, según las últimas encuestas a disputarle al PRI el primer lugar nacional y quedaría en posición para competir con posibilidades reales de triunfo por la presidencia de la República en 2018; de tal manera que el blanquiazul por estrategia electoral se mostrará muy crítico con Peña y difícilmente lo acompañará en sus propuestas de gobierno o en el Congreso.
Así, el PRI para asegurar la gobernabilidad echó mano de su aliado tradicional e incondicional Partido Verde y el PRD, que aspira a mantener algunas posiciones de poder entre ellas varias gubernaturas y un buen número de diputaciones federales para el grupo compacto de los Chuchos, incluido Navarrete, Graco y Silvano.
En buena medida el desencanto con el priista Orihuela, no es producto de que fue negociada su candidatura o que él sea en sí mismo mal candidato, sino porque la economía nacional no camina del todo bien, las reformas apenas empiezan a rendir sus frutos esperados y más importante aún, los michoacanos tienen muy presente que el PRI ganó la última gubernatura gracias a su pacto con los Caballeros Templarios y prueba indiscutible de ello es que tanto Jesús Reyna como Rodrigo Vallejo ‘El Gerber´, estén detenidos por sus ligas con el narcotráfico, mientras que Fausto Vallejo separado del cargo y aunque éste asegura que pidió licencia por motivos de salud, es evidente que la causa real de su salida, se debe a los videos donde aparecen prominentes priístas junto con la Tuta. Una prueba irrefutable del narco gobierno que se vivía en Michoacán.
Los que han vivido de la política por años dicen que continuamente se dan negociaciones. Una forma, es hablar con ciertos liderazgos para que sencillamente no trabajen por el candidato negociado o aún más, apoyen al candidato que se quiera hacer ganar. Adicionalmente, al sacrificado lo dejan sin recursos financieros. El cual por más esfuerzo que ponga, verá cómo la campaña no prende, porque dicen, que para la política actual en México sólo se necesitan tres cosas: no es carisma, ni capacidad discursiva, ni preparación es más ni siquiera liderazgo, se necesita dinero, dinero y dinero y cuando hay presente una negociación, dejan al candidato sin ese vital recurso.
Pero en Michoacán el PRD no las tiene todas consigo. Está muy reciente el daño a las finanzas públicas estatales que le ocasionaron los gobiernos de Lázaro Cárdenas y el de Leonel Godoy, ambos perredistas, dejaron una deuda de al menos 16 mil 316 millones de pesos y la recibieron de mil 80 millones, además existe la sensación entre un amplio sector de la población que realmente la mafia asentó sus reales durante estos mandatos.
Adicionalmente, Silvano fue Secretario de Agricultura con Lázaro Cárdenas y por ende para muchos michoacanos es responsable y copartícipe de ese mal gobierno. Como si lo anterior no fuera suficiente lastre, está el partido Morena, que si bien su candidato difícilmente puede aspirar a ganar con un 4 ó 5 por ciento; sin embargo, compite por el mismo electorado que el PRD y esa pérdida puede ser mortal para las aspiraciones del perredista Aureoles.
Podrá ser cierto o no que hubo una negociación, pero es innegable que es ampliamente comentada esta teoría, aunque paradójicamente ese rumor puede resultar contraproducente para el supuesto beneficiado: Silvano, porque la parte del priísmo que se sienta engañado no va a votar por el PRI, pero en venganza tampoco lo hará por el candidato que sienten se les quiere imponer, y en todo caso lo harán por una opción diferente, sin embargo, mucho más numerosos que los priistas, son los ciudadanos sin partido, que representan más del 80 por ciento del padrón electoral y tienen motivos suficientes para estar zaheridos: crisis económica, endeudamiento estatal, criminalidad, fusión entre políticos y narcos. Así, esta conspiración, más que beneficiar al supuesto candidato del presidente Peña Nieto, el perredista Aureoles Conejo, terminará afectándolo, porque los michoacanos al sentirse tratados como simples objetos o ciudadanos sin
criterio,votarán no por el candidato que el poder presidencial quiere hacer ganar, sino por la panista Luisa María Calderón, que será vista como la verdadera oposición y además, con posibilidades reales de triunfo.
De hecho, si a los números oficiales nos atenemos, el mayor agraviado de la elección pasada fue el blanquiazul y los que votaron por esa opción, ya que su candidata quedó en segundo lugar, perdiendo por un estrecho margen, particularmente por el voto que le brindó la organización político criminal de los Templarios al PRI en la extensa Tierra Caliente y que además coaccionó el voto por el PAN podrían volver a darle el sufragio.
Usted amigo lector ¿cree que Michoacán está negociado? y en caso que así sea, ¿si Silvano fuera el candidato de Peña Nieto votaría por él?