México; DF., 21 de e enero de 2014.- La PGR cuenta con “evidencias sólidas” que demuestran que los normalistas de Ayotzinapa fueron asesinados en el basurero municipal de Cocula por el grupo criminal Guerreros unidos, afirmó el titular de la dependencia, Jesús Murillo Karam.
El funcionario dijo que “hay evidencias físicas plenas de (que) uno (de los estudiantes perdió la vida en ese lugar, de acuerdo con los resultados entregados en diciembre pasado por la Universidad de Innsbruck); de lo demás tengo evidencias sólidas de que ahí fueron asesinados”.
Lo anterior lo declaró tras darse a conocer los resultados del último estudio del Instituto de Medicina Forense de la universidad austriaca.
Innsbruck notificó que no encontró cantidad útil de ADN que permitiera obtener un perfil genético en los estudios científicos aplicados a 16 restos hallados en Cocula, que se presume corresponden a los normalistas desaparecidos.
Al procurador se le preguntó sobre ese informe al término del Foro Nacional “Equidad para las víctimas en el debido proceso penal”, acto que organizó la Asociación Alto al Secuestro y al que asistió el presidente Enrique Peña Nieto.
El procurador respondió que el informe del instituto no debilita la investigación, porque le queda claro que en Cocula, Guerreros unidos mató al estudiante Alexander Mora Venancio, como se demostró con un estudio anterior.
Y reiteró que hay otras evidencias de que el resto de los normalistas también tuvo un fin trágico en el mismo lugar.
“Después de los resultados de la universidad me queda claro que ahí mataron por lo menos a uno (Alexander Mora); y las declaraciones, las pruebas y todo lo demás me hacen pensar que ahí los mataron”, puntualizó.
La Universidad de Innsbruck detalló que “el calor excesivo ha destruido el ADN y el ADN mitocondrial en los restos, por lo menos hasta el punto en que los métodos rutinarios no pueden emplearse para un análisis exitoso”.
Sin embargo, el instituto dejó abierta la posibilidad de utilizar una tecnología novedosa llamada “Secuenciación Masivamente Paralela” (Massively Parallel Sequencing MPS), por su sigla en inglés, que puede servir como una herramienta útil para seguir investigando estos restos.
“Y (el instituto) nos pide autorización para procesar por el otro (Secuenciación Masivamente Paralela) las muestras que quedan. Nos pide autorización porque dice que en el procedimiento es posible que se agote”, manifestó el procurador.
No obstante, Murillo Karam afirmó que el nuevo estudio no va a desaparecer la evidencia, de acuerdo con la información que le ha proporcionado la universidad, pero al tratar de obtenerse mayor información de los restos, sí puede desaparecer una parte importante de ésta.
“Pero si la evidencia no nos da pruebas realmente, entonces no es evidencia; entonces ya autorizamos a Innsbruck que haga todo lo necesario para obtener todas las posibilidades”, señaló.