Artículo de Fondo, por Arturo Herrera Cornejo.- La tranquilidad no ha retornado a un año de la intervención federal en Michoacán. Terminó 2014 con violencia, 2015 inicia con luto y sangre. El 15 de enero de 2014 se creó la Comisión para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán la que, aparentemente, pronto controló la situación de violencia que se vivía en la región de Tierra Caliente. No obstante, empezaron a aparecer indicios preocupantes a las pocas semanas del arribo de Alfredo Castillo Cervantes; en principio, una reunión en Tepalcatepec con Juan José FaríasEl Abuelo, con antecedentes criminales y acusado de formar parte del cártel de Los Valencia.
Sin embargo, empezaron a darse resultados como la captura de El Tío, Dionisio Loya Plancarte, así como el abatimiento de Enrique Plancarte y Nazario Moreno González; los grupos de autodefensa avanzaron por la geografía michoacana con la protección de las autoridades federales, recuperando los territorios que habían sido controlados por Los Templarios; la mano del general colombiano Óscar Naranjo se sintió en la expansión de los grupos de autodefensa.
Quienes alertaron sobre la presencia de ex integrantes de La Familia Michoacana y Los Templarios en los grupos de autodefensa, como el ex alcalde de Tepalcatepec, Guillermo Valencia, y los fundadores de las autodefensas José Manuel Mireles Valverde e Hipólito Mora, fueron perseguidos. A Valencia se le impidió continuar ejerciendo como presidente municipal, en tanto que Mireles e Hipólito fueron conducidos a prisión. Jesús Reyna, secretario de Gobierno y ex gobernador interino, manifestó en las reuniones del gabinete estatal abiertas diferencias con el comisionado, y apareció un video de una reunión con La Tuta para justificar por qué fue llevado a prisión.
Con integrantes de los grupos de autodefensa se formó la Fuerza Rural. Se anunció que los civiles armados que se vieran en calles y caminos de Michoacán después del 10 de mayo serían detenidos. Las cosas aparentaban ir marchando bien, pero surgieron más indicios de que no era así: a los periodistas se les empezó a impedir acceder a los lugares en los que se presentaban incidentes violentos; civiles armados a los que apoyaban las fuerzas policiacas estatales pusieron diques; controlar la información era el objetivo; en repetidas ocasiones comunicadores fueron golpeados y despojados de sus instrumentos de trabajo.
El gobernador Fausto Vallejo Figueroa fue llamado a la ciudad de México; en la cita en la secretaría de Gobernación, luego de no ceder a la petición de más posiciones en el gabinete para el comisionado, fue presionado por el subsecretario Luis Miranda Nava para que removiera de la Secretaría de Educación a Jesús Sierra Arias; la acusación: ser cercano a Jesús Reyna. El gobernador respondió que no era esa la razón por la que tenía a Sierra. “Lo tengo porque fue discípulo y colaborador de Emilio Chuayffet y eso me garantiza que la relación con el titular de la SEP sea fluida; además se ha desempeñado bien en su relación con los maestros, Michoacán en ese sentido tiene menos problemas que Guerrero y Oaxaca”, respondió.
Al mandatario michoacano le pidieron también cambiar a la secretaria de Finanzas, Marcela Figueroa, por José Carlos Rodríguez Pueblita. “Con el afán de colaborar y considerando que el problema de seguridad tenía que atenderse accedí a que ustedes nombraran secretario de Seguridad Pública y procurador”, les contestó. Consideró que se estaban excediendo y no aceptó. Empezaron a aparecer un audio, fotografías y un video de su hijo Rodrigo en reuniones con Servando Gómez Martínez. Fausto acabó anunciando su renuncia a la gubernatura el 18 de junio de 2014.
Aparecieron nuevos indicios de que las cosas se simulaban. Los Viagras, El Cinco y El Americano tuvieron trato de privilegio, pese a sus antecedentes en La Familia y Los Templarios. Se les dotó de uniforme, armas y charola; se les dio movilidad para que pudieran recorrer todo el estado, integrándolos al grupo de Élite de la Fuerza Rural, el G-250, que supuestamente tenía como objetivo capturar a La Tuta, quien –aseguraron más de una vez–, se escondía en las cuevas de la Sierra Madre del Sur y lo tenían cercado. Fueron públicas las tropelías que estos personajes cometían contra los habitantes de Tierra Caliente.
Luego de los sucesos de La Ruana el 16 de diciembre, en los que fue atacado el grupo de Hipólito Mora, no se pudo simular más; se anunció la desaparición del G-250, lo que llevó a Los Viagras a promover la toma de la Presidencia Municipal de Apatzingán, la que continuó hasta la madrugada de este 6 de enero, cuando el inmueble fue desalojado por fuerzas federales. Además de detener a participantes en la toma ocurrieron aprehensiones arbitrarias, puesse llevaron a un taquero y a su hijo, a un taxista y a personas que estaban en la plaza esa madrugada adquiriendo juguetes para sus hijos por el Día de Reyes.
La versión oficial, todavía a las 11 de la mañana de ese día, era que hubo solamente un muerto. Sin embargo, circularon las fotografías de otro evento que se mantuvo oculto. A varias cuadras de la Presidencia Municipal, cerca de las 8 de la mañana, ocurrió una balacera. El comisionado mostró varios videos en los que se observan camionetas que rebasan a un convoy de la Policía Federal y lo atacan a balazos. Surgen las dudas, ya que testigos presenciales aseguran que ocurrieron ejecucionesextrajudiciales. Los vehículos bajo los que aparecieron los cadáveres tienen los balazos por el lado contrario al que ocurrió el rebase. Claramente se observa que junto a uno de los muertos se colocó una escopeta con tres cargadores que no corresponden.
Para cerrar la semana, este domingo 11, en Huahua, zona de indígenas nahuas del municipio de Aquila, ocurrió otro enfrentamiento armado del que se reportan más muertos.
Así, con la violencia que persiste, inicia 2015 en Michoacán.