Columna Política «SOBREMESA», por Antonio Soto.- Michoacán ha vivido estos últimos años una de las etapas más violentas y cruentas de su historia. Desde la década pasada este estado fue un territorio en permanente disputa por el crimen organizado, finalmente Todo estaba bajo su control, la economía, la política, la vida misma de las personas.
A principios de 2014 fue designado por el gobierno federal al Comisionado Alfredo Castillo, con el fin de que se encargara de acabar con la gravísima inseguridad ya muy agudizada y generalizada en todo el territorio, no se exagera cuando se asegura que ya para esos tiempos vivir en Michoacán, -para muchísimas personas- era prácticamente imposible. Ha raíz de esa decisión la ciudadanía ha reconocido el esfuerzo que el Gobierno Federal ha estado haciendo en el estado para regresarle la tranquilidad a la población, sin embargo la realidad dista mucho del discurso oficial que da por un hecho el haber superado la crisis originada por la violencia.
Por ejemplo, a pesar de que las autoridades, en este año que termina, aseguran haber logrado una disminución en el número de homicidios cometidos, ya en los primeros diez meses de 2014 se reportan los más elevados índices de asesinato de los últimos 16 años, en base a las cifras dadas a conocer por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Según esta institución en los primeros diez meses de este año se han registrado 981 homicidios, superando el número más elevado en 1996 durante la administración de Víctor Tinoco, lo que a este ritmo podría rebasarse el record de los 1022 homicidios que se perpetraron en aquel año.
Y eso que se supone que la peor etapa de violencia había sido superada gracias a la intervención de la federación, sin embargo, el número de homicidios cometidos perfila índices históricos a la alza, luego entonces, ¿Cómo quiere el gobierno que la ciudadanía esté conforme con los supuestos resultados logrados por la Comisión para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, si se sigue incrementado el número de muertos?
Se debe aceptar por el gobierno de Peña Nieto que la estrategia en materia de seguridad implementada en Michoacán aparte de costosa económicamente no está dando los resultados esperados, de otra manera hubiese disminuido el número de muertes violentas. Lo peor del caso es el hecho de que este esquema utilizado en Michoacán en la materia, quiere ser implementado también en otros estados de la República, a pesar de los pírricos resultados obtenidos. Esto hace pensar que el gobierno no tiene la claridad de que es exactamente lo que debe hacerse para regresarle al País la tranquilidad y la paz perdida.
@tonosotosanchez