México, D.F., 05 de diciembre del 2014.- Cuando estuvo en los diálogos por la paz en el Castillo de Chapultepec, en mayo 2012, Javier Sicilia le espetó al entonces candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto: “No escucho su corazón, no lo escucho vibrar con el dolor de las víctimas”.
A más de 2 años de distancia, y tras escucharlo decir -ahora como Presidente- que hay que superar el dolo de lo ocurrido en Guerrero, el poeta sostiene que el mandatario no tiene corazón.
¿Cómo se puede ir hacia delante, cómo se puede superar el dolor? -preguntó Sicilia- Si no hay un gramo de justicia para las víctimas, ¿cómo se puede ir hacia adelante?
Le falta corazón al mandatario mexicano e incluso inteligencia política, “tantito sentido político”, agregó el escritor en entrevista esta mañana en Noticias MVS, primera emisión.
Recordó que no son 43 los desaparecidos, son 30 mil, por lo que no ve condiciones para lanzar el tipo de mensaje que se hizo ayer a la sociedad guerrerense.
Sicilia aseguró que la estructura del Estado ya no da más, y ahora sólo trata de maquillar los hechos, con discursos que ya no dicen nada.
Por ello, consideró urgente refundar el Estado, apagar la emergencia nacional “y eso solo se hace con justicia, con una música de paz verdadera”.
En este momento, señaló, “seguramente está desapareciendo gente” y el gobierno no hace absolutamente nada.
¿Que lo superemos? No sé con qué. ¿Que asumamos el dolor? No sé con qué, dijo el poeta.
Expuso que lo que ocurre en México sólo es comparable con el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, un complejo formado por diversos campos de concentración y de exterminio construido por el régimen de la Alemania nazi.
Sobre los desaparecidos de Ayotzinapa, comentó que lo que el gobierno nos está diciendo es que no hay nada, que los desaparecieron, que los hicieron cenizas.
“Los austriacos (que analizan las muestras encontradas en Cocula) podrán decir que este polvo les pertenece a uno o a dos (estudiantes), ¿y los demás?”, preguntó.
Por eso la demanda “los queremos presentes y vivos” es entendible; es un hueco que no se sana con discursos, no se sana de ninguna manera, indicó.
No podemos permitir que el caso de los normalistas suceda otra vez; esto debe ser un punto de inflexión que refunde al Estado.
Vivimos con partidos corrompidos, y no hay autoridad moral. El presidente Peña Nieto no tiene autoridad moral para decir este tipo de cosas (“quiero convocarles para… realmente superar este momento de dolor), “con la casa (blanca), con ese patrimonio, no hay ni siquiera legitimidad… frente al desastre que tenemos”, finalizó.