Articulo de Fondo, Por Ignacio Martínez.- La primera vez que lo tuve frente a mi, él era gobernador y yo médico pasante en servicio social, me miraba fijamente mientras ya lo explicaba las necesidades sanitarias de mi comunidad, no pasó más de una semana que todos mis problemas estaban solucionado por orden del Gobernador de Michoacán.
Todos los días por donde pasaba contemplaba un árbol fuerte, frondoso, lleno de pájaros que cantaba sus alegrías o sus amores, un árbol que había sido plantado por su padre el mismísimo y legendario General Lázaro Cárdenas del Río.
Unos años después lo volví a encontrar en alguna plaza de Morelia, el como candidato a Presidente de la República y yo como un ciudadano más que quería un cambio para mi país, que cantaba el Himno Nacional con el puño izquierdo en alto y que buscaba utópicamente una Democracia ya, Patria para todos.
Pasaron los años, un día me enfrenté a él en mi primera entrevista con el hombre que había provocado el cambio, que había promovido la pluralidad, la alternancia, la transición democrática y que irremediablemente había sido omiso después ante una mala y pésima copia del viejo PRI, el Partido de la Revolución Democrática, con una impresionante corrupción, una impensable cultura democrática, en donde las decisiones de Cuauhtémoc primero y en un pasado cercano de Andrés Manuel llevaron a generar caudillos, casi dioses que no se movía ni la hoja de un árbol sí no era decisión del hijo del Tata o del hijo de Macuspana.
Más bien parecían caciques autoritarios que controlaban las decisiones de los militantes del partido del sol azteca.
Lo menos que promovieron Cárdenas y López Obrador fue la revolución democrática., se engolosinaron con el poder y produjeron solo dos candidatos a la Presidencia de la República en 25 años de Historia.
La crisis de Iguala sólo ha sido un pretexto para el hijo del general, no lo vi enviando una carta a su hijo Lázaro Cárdenas Batel cuando nacía la poderosa organización de la Familia Michoacana o empezaba a generarse la gran deuda de la entidad, a Lázaro nunca le pidió su renuncia, de manera omisa visitaba Michoacán y al cuestionarle sobre lo que vivía Michoacán se limitaba a contestar que a el no le correspondía declarar porque no vivía en el estado.
Nunca tocó el ingeniero a Leonel Godoy o le envió alguna carta pidiendo su renuncia ante la problemática financiera como lo ha hecho con los Chuchos.
No recuerdo conocer de alguna misiva solicitando renuncias de Cuauhtémoc hacia miembros de su partido en el PRD en casos específicos y muy graves como el del bar Lobohombo en el 2000 donde murieron 22 personas en un incendio en la delegación que gobernaba Dolores Padierna esposa del célebremente conocido ”señor de las ligas” o de la discoteca News Divine en 2012 con la muerte de 12 personas después de un operativo mal ejecutado. Nunca vi a Cuauhtémoc solicitar la renuncia de algún perredista luego del secuestro de 13 personas del Bar News Divine en la zona rosa y que luego fueron encontrados en fosas en el estado de México.
No recuerdo que enviara una carta solicitando la dimisión de Alejandro Encinas o Guadalupe Acosta en el bochornoso caso del narco-diputado Julio César Godoy Toscano.
Habrá que recordarle al Ingeniero Cárdenas que en una elección histórica organizada por el Instituto Nacional Electoral fue derrotado en la elección más limpia, legitimadora y transparente en la historia del partido amarillo y me atrevería incluso a decir de todos los partidos políticos en el país.
Llegó entonces la advertencia “o me dejan el partido o me voy” y se fue!
En la primaria me enseñaron que Cuauhtémoc significa en español águila que cae, hoy más que nunca es vigente el significado del nombre del ingeniero, concluye una etapa en la vida política del partido y quedan varias preguntas al aire.
¿El PRD se convertirá en verdaderamente democrático?
¿El principal y más importante partido de izquierda de México será capaz de enarbolar las banderas de democracia, justicia, desarrollo, paz y tranquilidad?
¿Desde el gobierno de Michoacán o de Morelia alguien se atreverá a tocar el presunto cochinero creado por el otro Cuauhtémoc? pero Cárdenas Batel que parece que nadie lo toca por apellidarse Cárdenas en el eternamente en construcción Teatro Matamoros.
¿Será la siguiente “aguilita que cae?
Al tiempo…