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Por Manuel Lozada.- Nuestro país se ha vuelto de la noche a la mañana, famoso internacionalmente pero no por buenas acciones de su gobierno, de sus empresarios, o, de su gente. Se volvió famoso por los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapan y la forma tan torpe del gobierno federal para enfrentar el asunto.
Las críticas son al gobierno que encabeza Enrique Peña Nieto, que junto con su gabinete de seguridad, ha planteado muy mal el tema de los normalistas.
Uno de los principales culpables de este mega problema es el Procurador General de Justicia, Jesús Murillo Karam, quien se desentendió del problema cuando fue informado en tiempo y forma por Jesús Bejarano, de que el crimen organizado estaba gobernando en Iguala.
Murillo Karam declaró que cuando se enteró de que la Procuraduría de Justicia del Estado de Guerrero ya estaba revisando el asunto, se desentendió de sus obligaciones irresponsablemente pues los temas del crimen organizado le competen a la federación y a la PGR.
Posteriormente Jesús Murillo Karam tardó 10 días en reaccionar, sobre la desaparición y probable ejecución de los normalistas. Demasiado tarde!
Otra torpeza ha sido que el gobierno federal no haya defendido la estadía en el poder del ex Gobernador de Guerrero, Angel Aguirre, pues mientras el se encontraba gobernado, las protestas y las criticas eran para el PRD y su gobernador guerrerense.
Al salir Angel Aguirre las protestas y las criticas se enfocan hacia el gobierno federal y del mandatario nacional Enrique Peña Nieto que primeramente fue omiso para tratar el problema y luego ha sido torpe para enfrentar el tema de los normalistas de Ayotzinapan.
Teniendo enfrente un sinnúmero de asuntos muy complicados por enfrentar, Peña Nieto prefiere irse de viaje al continente asiático y en China es tratado muy mal por el primer ministro por la revocación de la licitación del tren México-Querétaro, que había ganado un consorcio chino-mexicano.
Es muy claro que quienes se encuentran haciendo los desmanes en todo el país son los profesores de la CNTE y los alumnos de las diferentes normales de los estados.
Sería importante que los desmanes de los profesores y normalistas se enfocaran hacia los integrantes del crimen organizado pero son cobardes y atacan en grupo a la sociedad y a las instalaciones privadas y publicas que con nuestros impuestos e inversiones de empresarios, se han edificado.
Son mañosos y también irresponsables los llamados maestros democráticos porque tratan de que las autoridades federales y estatales reaccionen ante los desmanes y se produzcan heridos o muertos y se desborden los ánimos en perjuicio de todos los mexicanos.
Entonces tenemos por un lado a un gobierno que ha tratado el tema de los normalistas de manera pésima y por el otro lado tenemos a unos profesores «democráticos» que no les importan las repercusiones de sus acciones, repercusiones que afectan a todos los mexicanos.
