Artículo de Fondo por Por Ignacio Martínez.- El 29 de abril de 1975 fue la última vez que el Senado de la República decretó la desaparición de poderes en un estado de nuestro país, era presidente Luis Echeverría Álvarez y el gobernador en turno era de Hidalgo se llamaba Otoniel Miranda Andrade, pertenecía al poderoso SNTE de los años setentas.
Son casi cuarenta años de tal decisión donde ningún presidente ha recurrido a este sistema constitucional para hacer a un lado a un gobernador.
En la época de Carlos Salinas de Gortari entre 1988 a 1994 eliminó a 20 gobernadores a través de maniobras políticas en el PRI donde el Presidente de la República era el hombre todopoderoso.
Hoy los senadores y diputados del PAN han solicitado la desaparición de poderes en Guerrero para destituir al gobernador Ángel Aguirre y no debemos olvidar que el PAN lo hizo su candidato en las elecciones de 2011 junto con el PRD de López Obrador, el PT y Movimiento Ciudadano.
El PRD muestra ya una posición en la que se avisora el dejar solo a Ángel Aguirre, parece que sus horas están contadas.
El pueblo de Guerrero se manifiesta de diversas formas y dice:
“Vean como resuelven el problema estudiantil pero háganlo ya, no podemos seguir viviendo en la inseguridad en un ambiente de desconfianza hacia las autoridades que no hacen nada para darnos seguridad”.
Para el gobierno de Guerrero es muy fácil como suspender actividades, cerrar sus oficinas y termina el problema, los burócratas siguen cobrando puntualmente, para muchos el no trabajar les llena de satisfacción, la población sufre porque la inseguridad les obliga a cerrar sus negocios, a no vender incluso si es ambulante, a verse los restaurantes con una o dos mesas ocupadas, las tiendas de autoservicio casi desiertas, los impuestos siguen cobrándose y hay que pagarlos con puntualidad, hay recortes de personal y en muchos casos el cierre de comercios.
El Presidente de México ha sido muy directo, calificando de “inaceptable que existan localidades con vacíos de autoridad y, peor aún, con vínculos de complicidad entre gobernantes y delincuentes”.
Obispos de la Iglesia católica compararon los índices de violencia que vive Guerrero con el mismo infierno, por lo que exhortaron a las autoridades de los tres niveles de gobierno para que presten mayor atención al factor político que genera esa situación.
No le recuerda a usted todo esto que comento a una historia cercana, aquí en casa, muchos gritamos que se hiciera algo, opinión pública, empresarios, medios de comunicación, partidos opositores al PRI, los amarillos y los azules en innumerables ocasiones solicitaron que el gobierno federal tomara cartas en el asunto.
Finalmente el Presidente Peña envió al Comisionado Alfredo Castillo, como dice el clásico “haiga sido como haiga sido” en Michoacán hoy los crímenes de alto impacto que son una realidad común en Guerrero han desaparecido, el incendio que se pretendía desatar fue controlado y en el estado vecino urge que se trate de manera urgente la enfermedad social que se vive.
La violencia ha pasado de los discursos, mítines, consignas en las redes sociales violentamente a las calles.
En Michoacán esas mismas voces que solicitaban la llegada del gobierno federal para evitar el incendio social, son las mismas que ahora exigen la salida de Alfredo Castillo, incoherencia? Incongruencia? apuesta política?