Columna Política «SOBREMESA», por Antonio Soto.- Es muy comprensible la gran indignación que ha provocado en el País y en el mundo los crímenes de Iguala, Guerrero, por eso se entiende el que decenas de miles de personas se hayan manifestado el miércoles pasado para exigir a los gobiernos federal y de aquel estado esclarecer los asesinatos, lesiones y la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa. Ese día no sólo se desarrollaron marchas y manifestaciones de repudio en muchas partes del País, lo sorprendente fue que también hubo manifestaciones en varias ciudades de Europa y de América, como por ejemplo en Barcelona, Madrid, Manchester, Bruselas, Berlin, Buenos Aires, Londres, La Paz y San José. La notica le dio la vuelta al mundo y generó un gran repudio en muchas naciones. Imaginemos ¿Cómo se le puede ver a México desde el exterior a consecuencia de estos y muchos otros hechos más de violencia y de muerte que se han venido padeciendo desde hace ya muchos años? Seguro que en muchas partes se nos ha de ubicar al mismo nivel que se le ubica a muchos países de África y de Asia, que aún viven en el atraso total, países en los que ocurren cotidianamente graves hechos de violencia, donde hay ejecuciones sumarias y donde se siguen cometiendo crímenes de lesa humanidad. Países a donde nadie quiere ir ni tampoco invertir.
¿Cómo estarían de graves estos hechos que hasta el mismo presidente Peña Nieto advirtió antier en Monterrey, NL, que «hay señales de debilidad institucional en algunas partes del territorio nacional»?, la organización no gubernamental Human Rights Watch, es mucho más directa y contundente al concluir que el gobierno mexicano respondió «muy tarde», a la desaparición de los estudiantes en Guerrero, y al señalar al régimen de intentar «encubrir la masacre» cometida en Tlatlaya, Edo Mex, dentro de un patrón de «desidia» ante una grave crisis de derechos humanos que se está viviendo, aseguraron también que el presidente de México tardó «cuatro días en reaccionar» al caso de los desaparecidos. También la organización Amnistía Internacional señaló a través de su Secretario Ejecutivo que la situación del País es muy alarmante y que «no nos sirve de nada que el presidente de la República, salga y se lamente y no se tomen medidas radicales», como podemos observar existe una gran coincidencia entre muchas opiniones internas y muchas voces externas, principalmente las voces de los distintos organismos internacionales, incluyendo a la ONU, las que concluyen que en materia de seguridad nuestro País está muy mal y que de plano no se ve como pueda fácilmente superarse esta crisis.
Con todos estos niveles de violencia, de inseguridad, de debilidad de las instituciones como lo dice el mismo presidente de la República y de penetración del crimen en todos los niveles gubernamentales, ¿Habrá empresarios extranjeros interesados en invertir en nuestro País?, ¿Habrá quienes quieran llevar sus capitales a la tierra caliente de Guerrero, del estado de México o de Michoacán?, ¿Habrá turistas de Europa, Japón, Canadá o EU que al ver todas esas noticias sangrientas, quieran visitarnos?, seguro que ni el más ingenuo puede creer que México bajo estas condiciones es un lugar atractivo para los capitales extranjeros, como tampoco lo es siquiera para los capitales nacionales, por ejemplo, debido a toda esta violencia ha habido un significativo desplazamiento de inversionistas de unos estados de la República hacia otros, se ha dejado de invertir en muchas regiones del País por miedo y temor a todo lo que está ocurriendo, incluso muchos mexicanos hasta han cambiado su residencia a otros países, principalmente a nuestro vecino del norte y todo a consecuencia de la inseguridad que estamos viviendo y a la que ningún gobierno le ha podido poner un alto, es esta sin duda una de las principales causas por las que nuestro País no es lugar atractivo para muchos inversionistas.