Columna Política «REPERCUSIONES», por Samuel Maldonado B.- ¿No lo sabemos! pero estamos seguros que el PRD, rápidamente está terminando de transitar por el camino de la esperanza para desafortunadamente llegar a un despeñadero, desde luego de no reencontrar pronto la senda extraviada. Los intereses particulares de las salvajes tribus en las que ahora está convertido este partido, caminan y aplastan los principios y dogmas del instituto político ideado y fundado principalmente por los dos iconos llamados uno, Cuauhtémoc Cárdenas y el otro Porfirio Muñoz Ledo y, más rápidamente se conducirán al aquelarre llegarán de continuar exclusivamente en la defensa de sus mezquinos intereses.
Los líderes de las mismas, en contubernio con sus grupúsculos, han servido de tapete al titular del Ejecutivo Federal y no conforme con esta ridícula conducta, ahora el flamante presidente del Senado de la República, Miguel Barbosa, abre fuego contra Jesús Zambrano, el “más pequeño de los presidentes que ha tenido el PRD” a quien el primero le acusa de “oportunista” por la conducta de apoyo a las contra reformas constitucionales impulsadas por el poder económico que domina a la Nación. Decires “baladíes” de Zambrano, pues, le ocasionaron una regañada de Barbosa que desde luego no lo lastima a él, pero que hiere de igual manera al PRD.
Pero no solamente lo anterior daña inexorablemente la imagen de lo que queda del instituto político fundado el 21 de octubre de 1988 en que se publicó el “Llamamiento al Pueblo de México”, que por cierto no lo firmaron los dos guerreros con plumas antes mencionados.
El partido está tan mal o igual que los otros partidos políticos nacionales, como reflejo de las condiciones del país y por lo mismo, varios presidentes, caso concreto el de Iguala, José Luis Abarca Velázquez, ni se entera de la masacre a mansalva perpetuada en contra de estudiantes de la Normal de Atyozinapa y de un grupo de jóvenes futbolistas, el viernes de la semana anterior. Es una pena que no estén enterados ni de lo que pasa en sus propios dominios y menos en lo que sucede en el resto del país.
En Guerrero, gobernado por un distinguido ex miembro del Partid Revolucionario Institucional, pero penosamente impulsado por el PRD debido a la degeneración del instituto político (en el que su lema ¡Democracia Ya, Patria para todos! está más que olvidado) las cosas andan al revés, igual de graves o más que en Michoacán, donde los asesinatos no paran ni la economía del Estado se recupera.
Desde luego que en el resto del país no se cantan mal las rancheras y cuando no es por el crimen organizado, lo es por las incapacidad de sus gobernadores, por cuestiones debidas la misma naturaleza, como es el caso reciente de las desgracias ocurridas en Sonora, en una de las minas más viejas y más ricas del país (que está en las manos del minero más poderoso de México), como en la franja de la Baja California y otros estados.
Ya no ondea el emblema del Sol acromático y las banderas de la lucha interna están deshilachadas tanto o más que si el pleito lo fuera contra el poder del estado mexicano. Las mantienen desplegadas de tal suerte que no les importa el despeñadero en el que están situadas las tribus, pues su interés básico es ganar migajas y arrodillarse ante el poderoso. Entre ellas prevalece su interés muy particular y no el bienestar de los mexicanos.
Por todo lo anterior, más aun porque nuestro Estado se mantiene con dificultades por la quiebra financiera y por el problema del crimen organizado que a cada momento lanza granadas incendiarias en forma de “videos caseros” es de esperar que las diferentes tribus, hagan conciencia de su responsabilidad, den ejemplo de desinterés y permitan efectivamente, determinar a sus candidatos por su presencia, conocimiento, honradez, servicio y no sólo negocien la repartición de los panes, es decir, las posiciones de representación proporcional.
Ojalá de entienda esta acerba crítica, pues de lo que se trata es de ganar tanto el poder ejecutivo del Estado, como la mayoría de alcaldías y posiciones el año próximo. ¡Estamos en tiempo!