Columna Política «SOBREMESA», por Antonio Soto.- En el proceso interno del PRD celebrado el domingo pasado, lo que realmente estaba en juego, no sólo era la elección de consejeros y congresistas nacionales, sino la determinación de la línea política que este partido habrá de seguir en los próximos años. Era el triunfo de la línea política rupturista y confrontacionista con el gobierno o el triunfo de la línea política dialoguista y negociadora con el régimen. Finalmente, como ya lo sabemos, logró imponerse ésta última, los resultados así lo demuestran con una clara mayoría a favor de la alianza entre Nueva Izquierda(NI), Alternativa Democrática Nacional(ADN), Foro Nuevo Sol y Vanguardia Progresista, que juntos han logrado más del 70 por ciento de los representantes elegidos ante los dos órganos de dirección nacional, un porcentaje bastante holgado para que el PRD continúe con la línea política del acuerdo y la negociación por lo menos durante los próximos 3 años.
Los grupos políticos perredistas que han planteado la línea del choque y la colisión con el gobierno fueron rotundamente derrotados este domingo pasado, ya que el porcentaje que estos obtuvieron no les va a permitir, en la próxima sesión electiva del Consejo Nacional, aspirar siquiera a la Secretaria General que actualmente ocupan, precisamente por un integrante del grupo de Izquierda Democrática Nacional(IDN) que lidera Rene Bejarano, quien junto con Marcelo Ebrard y otros dirigentes de pequeños grupos internos, ahora tendrán que ajustarse a formar parte de los órganos de dirección partidista en la proporción que les toca tomando como base la baja representación que obtuvieron, o bien, decidir emigrar hacia otras fuerzas políticas en las que podrían sentirse estos mucho más cómodos, atendiendo a sus posiciones político-ideológicos o bien atendiendo a sus intereses.
Lo cierto es que dentro del PRD se ha consolidado una línea reformista la cual claramente desplaza la aspiración de aquellos grupos populistas y sectarios que en la actualidad han venido apostando a un doble juego dentro del partido, algunos de éstos siguen simpatizando con López Obrador, quien tiene ya su propio partido político, sin embargo permanecen dentro de la membresía perredista, ya sea porque quieren impulsar desde estas filas la candidatura presidencial del tabasqueño en el 2018; o bien por qué quieren seguir ocupando cargos públicos como hasta ahora. Seguramente el año que entra varios de estos políticos radicales, si no se ven favorecidos por las candidaturas a los distintos cargos de elección popular del partido negriamarillo, buscarán refugio en otras fuerzas políticas como por ejemplo Morena, PT, MC, entre otros.
En conclusión, los perredistas han aprobado una posición de izquierda socialdemócrata, han aprobado una línea política que privilegia la construcción de los acuerdos, una línea que propone soluciones a los graves problemas que tiene México, y esa decisión fue tomada no por unos cuantos, sino por una gran mayoría de la militancia perredista, esa línea propositiva con toda seguridad no será nada mal vista por la sociedad mexicana, a la cual le urge que se le resuelvan sus problemas, más allá de choques y confrontaciones, ésta quiere soluciones y si el PRD juega ese papel, entonces se convierte en un partido más confiable más atractivo para la gente. La viabilidad de esta línea será puesta a prueba en las próximas elecciones del año que entra, ya veremos que ocurre.
@tonosotosanchez.