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04 de septiembre, 2014 — Ataques indiscriminados contra civiles, bombardeos de hospitales, secuestros, torturas y ejecuciones ilegales, son algunas de las atrocidades que se están cometiendo en Libia, según un informe de la Misión de la ONU en ese país divulgado hoy.
El documento, elaborado conjuntamente con la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, resalta que las partes implicadas en ese conflicto no tienen en cuenta los efectos de sus acciones en la población civil y muestran una preparación inadecuada e indisciplina.
Entre mediados de mayo y finales de agosto decenas de civiles han sido secuestrados en Trípoli y Bengazi debido a su origen étnico o sus creencias religiosas y siguen desaparecidos.
Ravina Shamdasani, portavoz de la Oficina de derechos humanos de la ONU, declaró que muchas personas no hablan de esta situación por temor a represalias.
CUT: “Hay mucha gente que teme hablar debido a la profunda polarización política. Hay un clima de miedo y temen que si hablan las vidas de sus familiares secuestrados pueden estar en riesgo”, explicó.
El informe urge a los grupos armados combatientes que pongan en libertad a esos cautivos o los entreguen a la justicia y enfatiza la obligación que tienen de cumplir con el derecho internacional humanitario y respetar los derechos humanos.
El informe recuerda que todos los líderes políticos o militares pueden ser considerados responsables de crímenes, no solo en el caso de ordenarlos sino también si no hicieron nada para impedirlos.
No obstante, las hostilidades han afectado seriamente a la administración de justicia y en Trípoli y Bengazi, donde más enfrentamientos se producen, los juzgados han dejado de funcionar.
UNSMIL señaló que al menos 100.000 libios se han visto obligados a abandonar sus hogares
