Columna Política «SOBREMESA», por Antonio Soto.- Desde que inició el actual gobierno estatal, argumentó que no podría realizar las obras públicas necesarias ni desarrollar las acciones requeridas, debido a la excesiva deuda heredada por el gobierno anterior; y efectivamente así ha ocurrido porque ya ha transcurrido más de la mitad del período para el que fue electo, sin que hasta la fecha se haya realizado algo sobresaliente prácticamente en ningún rubro. Un estado nunca podrá salir adelante, si no se construyen obras de infraestructura, si no se hacen inversiones en el sector productivo, si no hay seguridad, si no se prestan los servicios públicos indispensables, entre tantas otras cosas más, es decir, para que el estado se desarrolle, es indispensable cumplir todas estas y otras acciones más, cuya responsabilidad,-muchas de ellas- corren a cargo del gobierno en todos los niveles.
El hecho es que la deuda pública continúa creciendo cada día más, porque se sigue recurriendo al endeudamiento para resolver una serie de compromisos para los cuales los recursos propios son totalmente insuficientes, y así es como los estándares del gasto público van al alza cada día mas, sin que se vea esto reflejado en el mejoramiento de la situación de la población en general, la cual no se ve ni se siente realmente beneficiada a pesar de tanto gasto. El presupuesto estatal se ha incrementado año con año y el gobierno federal ha comprometido recursos millonarios adicionales para los distintos sectores sociales y económicos, sin que nadie sepa donde están exactamente o como se han invertido todas esas sumas de dinero, porque el estado sigue muy rezagado económica y socialmente.
El argumento recurrente de que la inseguridad y la violencia que ha padecido el estado todos estos años son la principal causa de que todo ande de cabeza y de que todo este mal, tiene alguna razón pero no toda. Ayer mismo el Gobernador Fausto Vallejo aseguro que: «impidió la inseguridad el crecimiento de Michoacán». Ciertamente la inseguridad ha sido altamente lesciva para todas las actividades de todo tipo, principalmente para las productivas, sin embargo, los gobernantes bajo ninguna circunstancia, deben culpar catastróficamente a ese gravísimo problema como si este fuese la causa inevitable de todos los males que nos aquejan, porque de aceptar ese argumento como válido, entonces ya nada podría hacerse para reencauzar positivamente la situación en nuestra entidad.
El presupuesto de egresos del Gobierno de Michoacán para 2014 es de más de 57 mil millones de pesos, si a esta cantidad se le suman los más de 45 mil millones de pesos que el gobierno de Peña Nieto ha comprometido para superar esta etapa crítica por la que atraviesa el estado, tendría el gobierno más de 100 mil millones de pesos para ejercer, sin contar las decenas de miles de millones de pesos que se manejan de manera ordinaria en el estado a través de las distintas dependencias federales, entonces estamos hablando, que las sumas de dinero del erario son bastante considerables, por lo que resulta asombroso e inexplicable que la situación económica que se está viviendo en Michoacán sea tan crítica y por lo cual muchas empresas y muchos giros comerciales cada día están cerrando sus puertas, no solo por la inseguridad, -varias sin duda sí- sino también porque la población en general ha disminuido drásticamente el consumo, por que al disminuir su nivel de ingresos reduce también su nivel de vida. Hay una clara incompatibilidad entre el incremento millonario del presupuesto público con el empobrecimiento o disminución de los niveles de vida de la población, son varios los aspectos que sin duda andan mal en este estado y no se ve un gobierno capaz de recuperar el rumbo a pesar del excesivo gasto público.
@tonosotosanchez
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