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Por NATALIA OSPINA VÉLEZ.- Más lindas, más altas, más elegantes, más estilizadas… Así lucimos las mujeres cada vez que nos subimos en unos tacones. Y digo subirnos porque hay unos que superan los 10 centímetros y caminar desde esa altura se convierte en un reto.
Entre más altos, menos cómodos, tal vez más lindos, pero menos saludables. Para Rosa Pinto, podiatra (especialista en el tratamiento y cuidado del pie) el calzado alto es algo que socialmente es importante, por estatus y situaciones sociales específicas. Sin embargo, es fundamental identificar para qué tipo de ocasiones usar este calzado, ¿una fiesta? ¿un compromiso social? ¿una jornada laboral?
«Dependiendo de la actividad a la que se vaya a dirigir la persona durante el día debe calcular qué tipo de calzado llevar para saber cuánto va a resistir», aconseja.
Lindos pero nocivos
Por la posición que debe asumir para estar en esos taconazos, el pie se ve obligado a modificar su anatomía, pues transfiere el peso del cuerpo del talón a los metatarsianos, los huesos del empeine.
«En esa transferencia de peso se lesionan, se inflaman estructuras generando dolor y con el tiempo se hacen lesiones de ligamentos, de cápsula y sinovia (tejido que mantiene lubricada la articulación). Si nos excedemos en el tiempo de uso de ese tipo de calzado habrá lesiones grandes e importantes que dañen la mecánica del pie», agrega Pinto.
Además de estas alteraciones, el uso y abuso de zapatos muy altos afecta la estética femenina tanto en la postura corporal como en la apariencia del pie.
Los que son muy puntudos por ejemplo, son la puerta de entrada a los juanetes, a los cayos y al apiñamiento de los dedos, llegando a formar los dedos en garra, mazo o martillo. Así las cosas, habrá que decidir entre zapatos o pies bonitos. ¿Qué es mejor? Decidan ustedes.
Más arriba
Los daños por usar este calzado no se quedan exclusivamen en los pies. Ascendiendo en la anatomía femenina, puede haber lesiones en cadera, columna y rodilla debido a la fatiga que generan los períodos prolongados de uso.
«El organismo no está diseñado para estar en esa posición. El pie es una estructura hecha para estar plana, cualquier cambio de angulación que se le dé cambia la arquitectura del pie», advierte el deportólogo Jorge Iván Palacio Uribe.
Y es que usar los tacones no está mal, su problema es el uso prolongado, más cuando hay que caminar o estar de pie por largo tiempo. El uso diario de este calzado es lo que debe modificarse y tener en cuenta que para ir a trabajar los tacones superiores a los seis centímetros no son nada recomendables.
«La gente se pone zapatos de fiesta para ir a trabajar es como si se fueran a correr una maratón de tacones. Lo recomendable es variar para que no acortar los Aquiles, mantener una vida saludable, hacer estiramiento y mantenerse activos para que los pies no tomen forma de tacón», concluye Pinto.
Con información de C.
