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Un periodista no puede vivir amenazado por lo que expresa

 Por Ignacio Martínez.- Por segunda vez de manera consecutiva se presentaron la noche del viernes un grupo de universitarios de diversas edades en las instalaciones de radio nicolaita para exigir mi salida de la radiodifusora universitaria.

Entiendo que el motivo es por mi forma de comunicar la información diariamente y digo entiendo, porque al intentar el primer día tener un diálogo primero abierto en el estudio, lo rechazaron con gritos de !basura¡, !rata¡, !lacayo priísta¡, !te odio¡, !fuera¡, entre otros, una vez que concluí mi espacio informativo IM Noticias el jueves decidí intentar directamente hablar con ellos saliendo al estacionamiento de la estación radiofónica, pero lamentablemente imposible el diálogo, ya que los gritos de los jóvenes impedían siquiera ser escuchado al preguntarles que me explicaran que pasaba, la respuesta fueron nuevamente gritos e insultos.

El intento duro unos cuatro minutos, ya que mis compañeros de Radio Nicolaita encabezados por el Dr. Raymundo Sánchez solicitaron entonces que ingresara nuevamente al inmueble: «No tiene caso Nacho, ellos seguirán gritando y no te dejarán hablar, ya los conozco, así se comportan ellos».

Ingrese a la estación y me explico Raymundo que durante el espacio radiofónico IM Noticias intento hablar con ellos, pero nunca pudo existir diálogo, reconoció igual que algunos miembros de la comunidad universitaria se encontraban en el espacio, algunos han gritado lo mismo a autoridades universitarias por más de 30 años me dijo.

La noche del viernes al llegar a la radio, Raymundo Sánchez me volvió advertir que el mismo grupo se presentaría a gritar durante el programa, pero con la salvedad que habían aceptado de parte de una organización poder tener una participación dentro del noticiero conmigo, ellos hablarían y hablaron por casi diez minutos expresando su sentir, su molestia ante los acontecimientos con los grupos de normalistas y contra algunos medios de comunicación y comunicadores que desde su punto de vista no mostraban ética periodística, reconociendo a los verdaderos periodistas de Michoacán.

Al salir agradecieron el espacio a su servidor, pero los gritos continuaron afuera de la estación del mismo grupo que la noche del jueves me había gritado.

La indicación que recibí es que saliera de la estación que ya no intentará el diálogo, no supe más, observe reporteros, cámaras de fotografía y video y abandone la instalación.

Las amenazas han subido de tono, en varios momentos durante mi vida profesional en todo momento he solicitado a los que me ven, me leen o me escuchan que confíen en las autoridades y que presenten denuncias cuando así lo consideren necesario.

Ha llegado el momento de presentar mi denuncia ante los hechos acontecidos y por tener amenazas contra mi integridad física, lamento profundamente como universitario que un grupo de personas no permita el libre pensamiento y de libertad de expresión ante lo que ellos consideran su verdad.

Un periodista no puede vivir amenazado por lo que dice o expresa, yo no he agredido a nadie, solo he expresado mi punto de vista como cualquier persona lo puede externar en este país, más aún, en los micrófonos de una radio universitaria que es libertad y diferencia de pensamiento.

 

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