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El Chayo Dos. El selfie del horror

Por Martha Ellba Torres Martínez.- Quien lo diría. Vino a ser precisamente el líder espiritual de los templarios y sus dos muertes, quien ejemplificara, de la mejor manera, las diametralmente opuestas estrategias para enfrentar a este grupo criminal: Felipe Calderón a putazo limpio; Enrique Peña Nieto, granjeándose al pueblo.

La primera vez que “murió” Nazario Moreno González, fue el 9 de diciembre de 2010, “durante una fiesta, una reunión, una cumbre, ahí fue donde se dio un golpe brutal, el golpe más severo”, revelaría cinco días después, el propio presidente Felipe Calderón en entrevista con Carlos Puig, de W Radio. De la ofensiva “brutal”, “La Familia” ya estaba enterada y horas antes ya había iniciado los narcobloqueos carreteros, primero en Apatzingán y luego a otros municipios como Zitácuaro, Ciudad Hidalgo, Zinapécuaro, Uruapan, Mújica y Pátzcuaro y las cinco entradas a Morelia. Estas acciones del grupo criminal, Felipe las calificó de “estertores”.

Así narró Calderón Hinojosa a Puig, la gran hazaña: «La gente se entera de esta fiesta, denuncia y se da el operativo. En un esfuerzo de los criminales, en su huída tratan de cerrar el paso a la policía y al Ejército para frenar el avance y distraer y dividir la operación».

Felipe Calderón mencionó que en varias ocasiones los michoacanos le habían exigido que se restableciera la paz en el estado y que ésta volviera con el poder de la autoridad, «y no por los intereses de los sicarios». «En el estado de Michoacán debe gobernar la autoridad civil electa y no deben gobernar los criminales, por muy cuates o por muy simpáticos o por muy generosos. No puede imperar la ley de un cártel en un estado, debe imperar la ley del estado de Michoacán, la ley federal, y eso es lo que estamos haciendo allá», agregó el mandatario. (CNNMéxico)

Este fue el primer parte informativo de la ofensiva “brutal” contra el cártel, que el 10 de diciembre de ese año, dio a conocer Alejandro Poiré, entonces vocero en materia de seguridad y luego secretario de Gobernación: en total perdieron la vida once personas, cinco policías federales, tres delincuentes –entre estos “posiblemente” Nazario- y tres civiles -un bebé de ocho meses y su madre, la hija del ex alcalde interino de Apatzingán, Guadalupe Jaime Valladares-. Otros tres criminales más fueron detenidos por las autoridades.

Poiré aseguró que el secretario de Gobernación, Francisco Blake, mantuvo comunicación con el gobernador Leonel Godoy Rangel, para coordinarse con las corporaciones estatales. Por su parte, el mandatario señaló que la entidad vivía un estado de emergencia, y llamó a mantener la calma ante lo que sucedía: escuelas cerradas, sin corridas de camiones, paralizado el comercio y los pocos turistas, atrincherados en sus hoteles. Morelia sitiada y el alcalde Fausto Vallejo, se negó a cancelar su informe de labores en el teatro Morelos.

Mentira tras mentira

 

En esa entrevista con Carlos Puig, Felipe Calderón admitió que las autoridades del estado no fueron informadas del operativo de las fuerzas federales en Apatzingán, como tampoco del realizado desde la mañana del 26 de mayo de 2009, conocido como el “Michoacanazo”, en el que se detuvo a 35 funcionarios municipales y estatales, por presuntos nexos con el crimen organizado. Algunos de estos últimos fueron sacados por la fuerza de Palacio de Gobierno.

El entonces titular de Segob, Fernando Gómez Mont, justificó no haber dado aviso del operativo al gobernador, por tratarse “de una situación delicada y de alta complejidad, que hacía necesario el sigilo para no poner en riesgo la acción”. Pero eso sí, por encargo de la Presidencia, como lo acaba de confirmar el informe que presentó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) al Senado, el pasado martes 11, se ejerció una fuerte presión contra los jueces que tuvieron conocimiento de este caso de “alto perfil mediático”. En el transcurso de un año, los detenidos en el “Michoacanazo”, alcanzaron su libertad.

De la violenta irrupción de policías federales a Palacio de Gobierno, el gobernador Leonel Godoy presentó una protesta formal ante el Gobierno de la República. Nunca recibió respuesta.

Dos días después del “Michoacanazo”, el 28 de mayo de 2009, siendo coordinador del PRD en el Senado, Carlos Navarrete, reveló en entrevista a medios, que antes de su toma de posesión, en febrero de 2008, Leonel Godoy, junto con el entonces secretario general del PRD, Guadalupe Acosta Naranjo, advirtieron al secretario de la Defensa Nacional, el general Guillermo Galván, de la amenaza del narcotráfico a presidentes municipales en Michoacán.

“Explicó que cuando Godoy aún era gobernador electo y preparaba su acto de toma de posesión, tuvo conocimiento de un cónclave de presidentes municipales, en un lugar de Michoacán, de todos los partidos políticos, amenazados por el narco.

“Dijo que una vez que Godoy tuvo toda la información, le comunicó a Galván la amenaza que ya se cernía en algunos municipios del Estado.

“Le dijo: general, es muy grave lo que está pasando en Michoacán. Le informo de esto y aquí están nombres, municipios, asistentes, convocantes. Y le pido, general, que no esperemos a que yo tome posesión, me quiero poner de acuerdo con usted y con la PGR y con Seguridad Pública, de inmediato, para las acciones correspondientes. Ustedes por delante, porque les toca como Gobierno Federal, pero cuenten con mi gobierno para ello, como gobernador electo”, relató Navarrete”. (El Universal)

El muerto vivo

El acto de arrogancia y vanagloria de Felipe Calderón en esa entrevista con Carlos Puig, le viene saliendo caro al ex presidente michoacano, que hoy, se quejan sus seguidores, es víctima de un linchamiento mediático. El mismo que aplicó a Godoy Rangel con el “Michoacanazo”.

Pero la verdad es Calderón, un mes antes del relevo presidencial, se enteró que Nazario Moreno seguía vivito y coleando y no hizo nada por corregir lo que hoy llama “un error”.

El 27 de noviembre del 2012, la Secretaría de la Defensa Nacional hizo público que la 43 Zona Militar en Apatzingán, había entregado a la Subprocuraduría Especializada en Investigación para la Delincuencia Organizada (SEIDO), indicios y evidencias de “El Chayo” podría estar vivo.

En un comunicado de prensa, la Sedena daba cuenta de los “diversos documentos que fueron encontrados en un rancho denominado Los Caballos, donde elementos de la Ejército Mexicano realizaron un operativo, al identificar a través de patrullajes y recorridos diversos movimientos el pasado 27 de octubre, en una propiedad ubicada en el paraje conocida como El Refugio, del poblado Los Cuiniques, zona cercana a Apatzingán, donde se encontraba Enrique Plancarte, líder y el principal cerebro financiero de la organización”.

Armas de alto poder, entre ellas más de 100 granadas, dinero, alhajas, relojes, y sobre todo documentación de pago de nóminas, gastos, y distribución del dinero ilícito de la organización a nombre de colaboradores y otras evidencias físicas, fueron encontrados en una camioneta que estaba destinada para que Enrique Plancarte trasladara los valores a otra casa de seguridad; no lo logró ante el cerco que formó el Ejército mexicano y tuvo que abandonarlo todo para evitar ser detenido.

Según se establece en la declaración ministerial tras el inicio de una averiguación previa, Plancarte, al verse rodeado por militares, mandó a su primer círculo de seguridad a enfrentarse con los soldados, logrando escapar tras un enfrentamiento donde murió uno de sus escoltas.

De acuerdo al despacho de prensa, en la propiedad, no sólo dejó las armas de grueso calibre e incluso algunas pistolas con cachas de diamantes donde se escribió el nombre de Kiki, sino también dejó a su esposa y sus hijos que fueron encontrados con un colapso nervioso por el sonido de los disparos.

Las evidencias encontradas por el Ejército mexicano revelaban que “algunos de los escritos estaban dirigidos a quien se presume, murió en el mes de diciembre del 2010 tras un enfrentamiento con policías federales, por lo que se busca confirmar si Nazario Moreno ´El Chayo´ se encuentra vivo, ya que su cuerpo nunca fue encontrado, ni existe evidencia física alguna que demuestre que ésta sea su condición”.

Las indagatorias de la PGR establecen que días después de que los elementos del Ejército intervinieron el lugar, un abogado que representaba a Enrique Plancarte, solicitó la devolución no de todo lo decomisado, sino de un solo objeto: un anillo Versace, que sentimentalmente significaba mucho para su patrón.

Pero entre la gente de Tierra Caliente, funcionarios y los medios especializados en temas policiacos, era sabido que Nazario Moreno la había librado en diciembre de 2010. Ahí surgió el mito hacia su devoción, por parte de quienes habían recibido su ayuda y “bendición”.

 

En entrevista con este Semanario, publicada en la edición 412 del 19 de julio de 2013, esto se le preguntó al entonces secretario de Seguridad Pública, el general Alberto Reyes Vaca, en el marco de la estrategia federal fallida, anunciada el 21 de mayo de ese año:

¿Y si está confirmado que el señor (Nazario Moreno) está vivo?

(Pela tremendos ojotes por la pregunta) -No… yo no tengo esa información. Sería muy irresponsable de mi parte decir si está muerto o está vivo. Si es así –que esté vivo- el Ejército lo debería saber. Yo no tengo ninguna información en ese sentido.

El caso que ese tufo místico sigue rodeando la muerte de “El Chayo”, el 9 de marzo de este 2014. La primera versión apuntó que fue abatido cuando celebraba “una fiesta de su cumpleaños”, en una ranchería ubicada en los límites de los municipios de Aguililla y Tumbiscatío. Otra versión difundida en video, es que Nazario, solo, con un libro en su morral, deambulaba por los cerros a pie o en mula. Una más, que fue en un retén cuando iba a bordo de una camioneta blanca con dos guardaespaldas. Él se bajó y enfrentó a los militares. Sus acompañantes fueron detenidos.

El 10 de marzo, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, en entrevista con Joaquín López Dóriga en Radio Fórmula, dijo que “la investigación comenzó luego de que presidentes municipales y reportes del Gobierno del Estado nos señalaran que Nazario Moreno estaba vivo, ya que él era quien cobraba las extorsiones”. Y dio una cuarta versión: que ya lo seguían y “lo iban a detener y cuando se subía a un vehículo, fue en el momento en que los agredió por lo cual repelieron el fuego, para de esta forma cayera abatido”.

A López Dóriga también dijo que “cuando llegaron al Gobierno Federal, los reportes de Seguridad Nacional era que había sido abatido Nazario Moreno, sin embargo, al efectuar operativos en Michoacán se dieron cuenta que no era así. ¿Dónde quedo entonces, el informe de la 43 Zona Militar y entregado a la SEIDO con todas las evidencias, de lo sucedido el 27 de octubre de 2012 en Los Cuiniques?

El lunes 10, poco antes de que le intentaran dar golpe de Estado sus propias autodefensas, Estanislao Beltrán expresó que Felipe Calderón, “la verdad, se dejó engañar. Los criminales utilizan muchas estrategias, muchas artimañas para encubrir su identidad, y el crimen organizado en ese entonces logró encubrir al más loco”. (Agencia Esquema)

Le vieron la cara

El ingeniero mecánico egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) fue el policía consentido del ex presidente Felipe Calderón. Nada le sembró la menor sospecha sobre balandronadas, ni el caso Florence Cassez, ni la millonaria inversión en la serie de televisión “El Equipo”, vamos, ni siquiera el libro de Anabel Hernández publicado en 2010, “Los Señores del Narco”, en el que acusa a García Luna de ser un fuerte colaborador de “El Chapo”, o las declaraciones ministeriales, en 2012, de Édgar Valdez Villarreal, alias «La Barbie», de haberle entregado, personalmente, dinero producto del narcotráfico. Bueno, hasta hoy se enteró su ex jefe, que la revista Forbes lo cataloga entre los diez personajes más corruptos de México.

Pero la impunidad, también sigue siendo su privilegio. El reportero Alvaro Delgado, publicó en Proceso, que García Luna, con residencia en Miami, Florida, se pasea por la ciudad de México, rodeado de guaruras y camionetas blindadas.

“El martes 7 de enero, lo vio comiendo “sin prisas en el restaurante “El buen bife”, de Insurgentes Sur, al que llegó a las 15:00 horas y se retiró hasta poco antes de las seis de la tarde. A la salida del restaurante, donde llamó la atención de los comensales que cuchicheaban al verlo, lo esperaban dos vehículos blindados, uno de los cuales, una Suburban color negro, era ocupado por cinco guardaespaldas que descendieron al verlo.

“García Luna subió a una camioneta Jeep Liberty blindada, también de color negro, y ocupó el asiento trasero, protegido por otros dos guaruras y el chofer, para enseguida tomar Insurgentes hacia el norte, doblar en Magnolias y luego Manzanas, en la colonia Del Valle.

Otro ejemplo patético de la sobreprotección que Calderón Hinojosa siempre le brindó a su súper policía, fue el encuentro “Diálogo con Miembros y Representantes de la Sociedad Civil Sobre Seguridad”, realizado el 23 de junio de 2011 y donde se condolió, casi hasta las lágrimas, de “tantos asesinados, cobardemente”.

Lo acompañaron José Francisco Blake Mora, secretario de Gobernación, Genaro García Luna, Secretaría de Seguridad Pública; Marisela Morales Ibáñez, procuradora General de la República; Alonso José Ricardo Lujambio Irazábal, secretario de Educación Pública y Alejandro Poiré Romero, secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional y del Gabinete de Seguridad Nacional y vocero de la Estrategia Nacional de Seguridad. Del otro lado, Javier Sicilia, Julián Eduardo Le Barón Ray y María Elena Herrera Magdaleno, junto con una decena de madres y esposas de muertos o desaparecidos. Entre ellas, Norma Ledezma Ortega, que representaba a las familias de los policías federales masacrados en junio de 2010, en una carretera de Zitácuaro. Doce murieron y 7 sobrevivieron.

Tomado de la “Crónica Mensual” de la Presidencia de la República que consta este tomo de 44 hojas, ante el presidente Calderón García Luna dijo: “De este hecho, hasta ahora, lo que tenemos de inteligencia e investigación, señala que fue hecha, esta agresión, por elementos de la así llamada Familia Michoacana, que tiene presencia en el área y de los cuales, debo a usted reportarle, que ya fueron detenidos los líderes.

“También, debo decirle que en estas acciones, hemos ya también detenido a varios de los que actuaron y participaron en estos hechos, de los cuales ya están ante el Ministerio Público Federal, y están siendo en su momento investigados y procesados algunos de ellos.

“Sin duda, para nosotros es un tema prioritario la muerte de un compañero o de su desaparición de manera específica. Inclusive, el señor Presidente, nos instruyó ver la manera de darles apoyo permanente, no sólo en la parte de seguridad física y personal de la familia, sino además, darles respaldo económico, porque hay niños, hay familias detrás de cada policía, y esto, el señor Presidente, lo instruyó, para crear un fondo donde buscamos, en todo momento, darle a la familia el respaldo necesario para que no pierdan el sustento los niños o las amas de casa, o las parejas de los policías.

“Por supuesto, y esa es mi convicción, señor Presidente, me acaba de instruir y lo voy a hacer de manera inmediata, ver con usted detalles para poder atenderla y verla de manera personal para dar seguimiento a este caso. Porque para nosotros es de extrema prioridad la vida de la Policía Federal, y más en la perspectiva de que nuestros compañeros policías están día a día en el riesgo permanente en el combate al delito.

“Le refrendo mi compromiso pleno, pleno, de dar seguimiento a este caso y, por supuesto, acabar de detener a todos los que faltan de esta banda delictiva, que hoy estamos investigando, de la desaparición de sus hijos.

“La señora Norma Ledezma Ortega: ¿puedo tomar un minuto?

“Sólo le quiero pedir que cheque bien la investigación ya que, como bien es cierto, hay detenidos de la Familia Michoacana, que declaran haber participado en los hechos. También es bien cierto, que yo conozco muy bien el expediente que hay en SIEDO, en donde los detenidos se contradicen mucho en sus declaraciones; como también es bien cierto que están desaparecidos, pero no hay cuerpos. El lugar de los hechos no coindice. 

“Creo que usted lo tiene presente, está por demás decírselo, que hay tres o cuatro puntos en donde supuestamente fueron ejecutados. No coincide. Yo le pido, en nombre de esos siete federales que servían al Gobierno Federal, toda la atención a esa investigación, y que nos ayude a terminar con este calvario que día a día nos consume, y que ya hay madres infartadas, madres que están a punto de llegar al psiquiátrico”. (A)

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