12 de marzo, 2014 — El Secretario General de la ONU lamentó hoy la falta de capacidad de la comunidad internacional, de la región y de los propios sirios para detener un conflicto que ya entra en su cuarto año y agregó que la población de ese país necesita de forma desesperada el fin de la violencia y “una ruptura clara con el pasado para avanzar hacia una nueva Siria en la que sus aspiraciones legítimas se atienden y las comunidades estén protegidas”.
“Siria es en estos momentos la mayor crisis humanitaria, de paz y seguridad que enfrenta el mundo, con niveles de violencia impensables. Sus habitantes están sufriendo cada vez más los insoportables efectos del conflicto en lo humanitario, la seguridad, lo político y lo socioeconómico”, señaló Ban Ki-moon en un comunicado.
Recordó que hace tres años los sirios reclamaron de forma pacífica sus derechos y libertades y, a eso se respondió con “una fuerza brutal, un creciente derramamiento de sangre y la devastación de una guerra civil”. Ban llamó a todos a “reflexionar sobre la larga y creciente lista de horrores que ocurren en el país cada día”.
El Titular de la ONU se refirió a los cientos de miles de vidas perdidas, a las ciudades y pueblos que han quedado reducidos a escombros y señaló que los extremistas están imponiendo sus ideologías radicales.
Ban llamó a la región, a la comunidad internacional y en particular a Rusia y Estados Unidos “a tomar pasos claros para revitalizar el proceso de Ginebra” y urgió al Gobierno sirio y a la oposición “a ejercer responsabilidad, liderazgo, visión y flexibilidad para estar a la altura de este reto”.
“Las partes sirias, la región y los actores internacionales deben actuar ahora junto al representante Lakhdar Brahimi, para poner fin a la tragedia en Siria”, recalcó Ban,