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Morelia, Mich, a 10 de marzo de 2014.- Con la aprobación de las reformas estructurales durante el 2013, se beneficiarán sólo a las élites económicas y políticas del país, pero representan impactos muy negativos en el desarrollo social de las clases medias y populares de México, destacó el Senador de la República, Raúl Morón Orozco, al exponer ante estudiantes de la Facultad de Derecho sus razones por las que votó en contra de las reformas constitucionales.
En el marco del Seminario Permanente Internacional “Transformaciones jurídicas y sociales del S. XXI”, que ofrece la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, el legislador federal sustentó la Conferencia Magistral “Las Reformas Constitucionales 2013-2014. ¿A quiénes benefician?”, en donde destacó que el conglomerado de cambios a la Constitución representarán impactos positivos en el crecimiento económico de los grupos de interés y del Estado, en el mediano y largo plazo, especialmente en las áreas clave de los mercados de trabajo, competencia y educación, pero podemos prever también, impactos muy negativos en el desarrollo social de las clases medias y populares del país.
Destacó que a pesar de que México busca impulsar a como dé lugar su crecimiento económico, pero definitivamente equivocó la vía y la estrategia, se propuso superar ciertos aspectos que merman su productividad y competitividad, con reformas que terminan con los monopolios de Estado, para abrir y consolidar las áreas estratégicas a los monopolios privados por un lado y mediante la imposición de nuevas cargas y obligaciones tributarias, por el otro.
“Tendremos que dar un puntual seguimiento al cumplimiento de las promesas y los resultados positivos que se han anunciado de las reformas estructurales, como la generación de más empleo, el logro de la calidad educativa, la democratización de las telecomunicaciones, el desarrollo de los estados y municipios mineros, la disminución del consumo de las bebidas azucaradas, la profesionalización legislativa y la disminución de precios en bienes y servicios como la gasolina, el gas y la electricidad, sólo el tiempo permitirá valorar, si los fines económicos con los que se impulsaron las reformas, se traducirán realmente en desarrollo para el país y en el bienestar económico y social de los mexicanos, o si nuevamente, se repite la historia de los saqueos y del engaño, en la que sólo unos cuantos fueron los beneficiados”, destacó.
Agregó que en el centro de las verdaderas reformas debe ocuparse en resolver los problemas de la pobreza y desigualdad social del país, no en alinear los sectores y las instituciones estratégicas del país, a los intereses externos del modelo neoliberal.
“Las élites de poder están pensando en que pueden obtener beneficio, no de la generación de riqueza, sino del debilitamiento de los derechos laborales, abaratamiento del costo de la fuerza de trabajo, la privatización del común y de los bienes públicos, mercados libres y libre comercio”.
Morón Orozco detalló que las reformas estructurales propuestas mantienen la lógica de las implementadas por un modelo que ha entrado en crisis, que a escala mundial no han podido resolver el problema del crecimiento que en este momento son un obstáculo para el desarrollo de las nuevas tecnologías y que en el ámbito social han traído consigo un retroceso en términos de la distribución del ingreso, manifestado en el empobrecimiento de la población y en la conculcación de sus derechos.
“Las pasadas reformas estructurales impulsadas por el Gobierno Federal, han sido la vía para armonizar los intereses de la oligarquía nacional con los poderes económicos internacionales representados por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo y otros”.
Morón Orozco destacó que el gobierno de Enrique Peña Nieto y los partidos de derecha, han puesto en venta y en remate el patrimonio nacional, con la finalidad de pagar compromisos económicos y electorales pasados, contener las presiones derivadas del endeudamiento externo y mantener la hegemonía política en el país, con financiamiento internacional.
El objetivo de las reformas, destacó el legislador federal, fue:
• Fortalecer la estrategia de libre mercado con América del norte y establecer nuevas relaciones y acuerdos comerciales con otras regiones del mundo, para facilitar las condiciones de inversión y disminuir costos del mercado mexicano a las empresas transnacionales, principales socios de los organismos internacionales financieros.
• Continuar el proceso de desregulación y flexibilización del derecho económico nacional, para suprimir aranceles, obligaciones fiscales, obligaciones laborales, trámites administrativos y presiones sindicales con la finalidad de obtener mayores beneficios económicos en los procesos de extracción, producción, transformación, almacenamiento, transporte, comercialización y consumo de materia prima, bienes y servicios en favor de empresas nacionales y extranjeras.
• Concluir el proceso de Privatización de los activos públicos, especialmente de las empresas, fideicomisos y demás entidades paraestatales, con la finalidad de abrir cualquier actividad económica estratégica o no para el estado, a la iniciativa privada, principal beneficiario de las reformas estructurales.
• Sostener la tesis del Estado mínimo, que permita la subordinación del poder político al poder económico por un lado, y por otro, mantener el control autoritario del Estado contra el sector social, con la finalidad de desarticular cualquier movimiento de protesta en contra de los despidos masivos de trabajadores, el cierre o liquidación de las empresas públicas, incrementar la carga impositiva fiscal, sostener la hegemonía política del grupo gobernante, continuar la política social clientelar y subordinar las instituciones públicas a los intereses del Estado.
