15 mil caballos

Por Ignacio Martínez.- Durante los últimos años he tenido la oportunidad que me da mi trabajo de conocer todo tipo de gente, de estar cerca de mandatarios y primeros ministros, de estar cerca de gente sencilla llena de sueños y de buenos sentimientos, de conocer diversas formas de gobierno, de contemplar paisajes que me permitirían decir que me encuentro cerca del cielo, en el mismo paraíso o tocando las puertas del infierno, he sentido miedo, desesperanza, ilusión, confianza, tristeza.

En menos de una semana he estado cerca de dos concejos tan distintos unos de otros, pero tan cercanos cuando parten de algo tan simple y sencillo, debemos cuidar a nuestra madre tierra porque ella es quien nos da la vida.

Uno de esos Concejos esta en Cherán, México otro en Yakima Washington ambos son grupos de indígenas que tienen una lucha centenaria por sus tierras, por sus bosques, por sus costumbres, por sus tradiciones, por defender su lengua materna, ambos tienen formas de gobierno que están alejadas a la corrupción de los partidos políticos de sus países, una tiene 12 concejales de la Cherán y otra tiene 14 la de la nación Yakama en Washington, una ha luchado por ser respetada por el hombre mestizo descendiente del español y otra por el hombre blanco descendiente de los ingleses.

Una diferencia es muy notoria en Estados Unidos la nación Yakama se ha convertido en una auténtica nación dentro de la nación, en Michoacán, la nación purhépecha aún intenta ante su desorganización plantear su vida libre y digna de los gobiernos mexicanos.

En Washington veo una nación india orgullosa de sus raíces, manteniendo su lengua en las escuelas, pero nunca negándose al progreso que conlleva la educación, veo a jóvenes que estudian del octavo al doceavo años de sus vidas académicas, con sus caras curiosas ante lo desconocido, hay respeto hacia sus maestros, respeto hacia sus mayores las personas de la tercera edad, veo clínicas interesadas en resolver problemas de promoción y prevención de la salud muy cómodas, amplias, con personal preparado, con gran sentido humanista y donde por ejemplo hay una lucha incansable contra la Diabetes, pero sobre todo en atacar los diversos factores que disparan la enfermedad crónico degenerativa más mortal del mundo.

Observo como buscan un desarrollo económico sustentable, con grandes extensiones de tierra que son cultivadas para en principio la semilla ahí sembrada sea el alimento de sus indios y una vez que hay comida para su pueblo sea entonces comercializada.

En Washington hay una nación india la Yakama dentro de la propia nación, la nación donde manda Barack Obama y que por cualquier lado donde se le vea existe desarrollo, valores y visión.

En nuestro pueblo purhépecha aún estamos años luz de su organización y compromiso, pero que necesario que ellos se acercaran a vivir la realidad de una comunidad India como la Yakama de Washington que en menos de 200 años se ha convertido en una nación fuerte y decidida a seguir defendiendo sus ideales.

Hoy he tenido la oportunidad a través de mi empresa a acercar a dos pueblos el Yakama y el Purhépecha.

Hoy  hemos recibido la invitación para que los indígenas purhépecha conozcan la realidad Yakama y veo a la distancia que se proyecte nuestra tierra al mundo global a través de la educación, la salud y el desarrollo económico.

Hoy he visto la mano del indio Yakama extendida, plena y cálida a los indígenas de nuestra tierra para ayudarlos a crecer en medio de la sustentabilidad de sus bosques, de sus ríos y de sus tierras.

Hoy prácticamente nos han regalado 15 mil caballos, que viven en las praderas de la tierra del Valle de Yakima como una muestra de bondad y cariño hacia nuestra gente, pero como una muestra de humanidad ante el férreo deseo de no exterminar a 15 mil animales que tienen como sobrepoblación.

La pregunta es, ¿Cómo trasladar 15 mil caballos a Michoacán?

La pregunta se me vino compleja a mi cabeza…por el momento ignoro legal y sanamente como transportar al menos un caballo, pero bueno eso lo descubriré y tal vez mi gobierno con sus expertos lo consigan y vea los caballos fuertes, poderosos, briosos y libres que ayer vi pastar en sus llanuras, verlos mañana pastando en la Cañada de los once pueblos o en la región lacustre o en la Meseta.

Aunque la ilusión no es solo ver caballos, la ilusión es ver como con libertad crece un pueblo y llega a grados de organización y riqueza como los que veo en esta región del mundo.

Dudo mucho que mis ojos lo vean, pero estaré presente en el momento que sean sembradas las semillas de esta nueva historia de relación entre dos pueblos indígenas, el de la nación Yakama en Estados Unidos y el de la Nación Purhépecha en México.

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