Desde que el Gobierno Federal intervino en el movimiento de alzamiento civil con las autodefensas en Michoacán, se llevaron a Hipólito Mora al D.F., por un par de días y luego a Papá Pitufo, dieron «mala espina». Luego, sucedieron cosas «raras», una tras otra fueron presentándose como hechos con finalidades determinadas que para los observadores, tenían otras intenciones diferentes a las iniciales de los civiles armados. Ayer viernes, después de un año de trabajo conjunto de varios grupos civiles armados, Hipólito Mora se separa de la agrupación, Papá Pitufo es «separado o desconocido» como vocero….el «gobierno federal» nada más llegó para «romper» el avance civil, el cual ahora entendemos, representaba un grave peligro a los intereses políticos nacionales y estatales, no solo por ser alentador de alzarse a la ciudadanía, sino a la incomodidad de varios políticos y empresarios michoacanos que se veían amenazados con su proliferación y avance.
Como se dijo al inicio, el gobierno Federal siempre aparentó defender a los delincuentes en vez de apoyar a la gente que luchaba por su libertad.