20 de febrero, 2014 — La brecha entre las poblaciones más pobres y más ricas en el mundo es amplia y sigue creciendo, y eso ocurre no sólo entre países sino también dentro de ellos, incluidos los más desarrollados, destacó hoy el Secretario General de la ONU en un mensaje con motivo del Día Mundial de la Justicia Social.
Ban Ki-moon señaló además que los conflictos violentos en muchas partes del mundo a menudo tienen su origen en profundas desigualdades, en comportamientos discriminatorios y en entornos con una pobreza muy extendida.
“La experiencia muestra que el crecimiento económico por sí mismo no es suficiente. Tenemos que hacer más para fortalecer a los individuos mediante un trabajo decente, apoyar a la gente a través de la protección social y garantizar que se escucha a los pobres y a los marginados”, subrayó Ban en su mensaje.
Por su parte el Presidente de la Asamblea General de la ONU, John Ashe, llamó a la comunidad internacional, con motivo de este Día, “a reconocer que los principios de la igualdad y de la justicia social son esenciales para las relaciones internacionales”.
Ashe explicó que desde que los líderes mundiales adoptaron la Declaración del Milenio, hace 14 años, en la que se comprometieron a crear un mundo más justo, seguro y sostenible, se han conseguido relevantes avances, incluido en el objetivo de reducir a la mitad la cifra de personas que viven en la extrema pobreza.
También, más de 2.100 millones de personas tienen hoy un mejor acceso a agua potable; ha descendido del 23,2% al 14,9% la proporción de gente en países en desarrollo aquejada de desnutrición. También se ha progresado en la atención médica y educativa y en llegar a una igualdad de género.
El presidente de las Asamblea General manifestó no obstante que hay que redoblar los esfuerzos para avanzar en los Objetivos de Desarrollo del Milenio y en la agenda de desarrollo sostenible posterior a 2015, en la que la erradicación de la extrema pobreza y la justicia social son asuntos centrales.