(Columna Política: SOBREMESA) Por Antonio Soto.- Nunca he creído en los salvadores de la patria, en quienes se consideran inmaculados, en quienes creen estar predestinados por algún designio divino para salvar una nación, una patria, un pueblo. Siempre he pensado que todos los individuos tenemos defectos y virtudes,-unos mas que otros-, pero que todos podemos servir poco o mucho a los demás, que no somos indispensables sino necesarios, que todos ocupamos de otros, que no somos perfectos. Estoy convencido también que no existe posibilidad alguna de que alguien particularmente posea la verdad absoluta sobre las cosas.
Tampoco creo en aquellos que profesan un falso maniqueísmo, en aquellos que califican de indecente y perverso todo planteamiento político de la derecha y como incólume y puro todo planteamiento de la izquierda, o viceversa, los de izquierda indecentes y los de derecha íntegros, no creo en ese fundamentalismo que cree que su visión es la única capaz de resolver todas las injusticias y desigualdades que padece un Pais. Lo peor es que tanto unos como otros piensan y actúan bajo esa misma premisa; y al final terminan ultraconservadores como ultra izquierdistas, defendiendo los mismos males que presumen combatir.
Porque lo digo? Por que estoy profundamente sorprendido de la posición que ha asumido Lopez Obrador respecto a las recientes reformas al sector energético.
Como todos sabemos el ha sido un importante defensor de la rectoria del Estado Mexicano sobre los hidrocarburos, pero en dias pasados se negó a participar en un frente común con otros mexicanos, que al igual que el han luchado por muchas decadas tambien por el mismo objetivo, como por ejemplo, Cuauhtemoc Cardenas, Porfirio Muñoz Ledo e Hifigenia Martinez, quienes han sido historicamente ferreos defensores de que el sector energetico siga siendo propiedad de la Nacion, pero no solamente eso, sino que ademas han sido ellos baluartes fundamentales en la transicion democratica de Mexico y no son pocas sus acciones por muchas otras causas nobles de nuestro Pais; Lopez Obrador simplemente ante la invitacion que ellos le hicieran, asumio una actitud indiferente y desdeñosa, su silencio parece a los ojos de muchos un desprecio a luchar junto con otros mexicanos para evitar la consumación de la entrega de esa riqueza nacional a intereses privados. Pareciera que el se siente poseedor exclusivo de esa lucha, que el es y nadie mas quien debe defender nuestros energéticos, que solamente a el pertenece ese derecho, que nadie existe mas limpio e inmaculado que el para luchar por tan sublime proposito, el es el elegido y ninguno otro mas.
Si algo necesita Mexico es que sus políticos progresistas esten unidos, incluso asi, alcanzar el objetivo sera dificil, devididos sera imposible. Nadie por muy importante que sea debe en una causa como esta actuar con egoísmos ni sectarismo. Quienes se dicen líderes de izquierda deben demostrar su vocacion democratica, poner por encima de sus intereses los de la Patria; estas actitudes solo dividen a las fuerzas políticas que buscan defender el patrimonio de los mexicanos y al final de manera inconsciente- creo yo-, terminan sirviendo a los intereses que dicen combatir. La division y fragmentacion de la izquierda en el Pais, sobre todo en este tipo de luchas, debe tener de plácemes tanto a la derecha mexicana como a la de todo el mundo. Con ese fundamentalismo politico no solo pierde la izquierda, pierde Mexico.