Por Manuel Lozada.- Sin necesidad de ser «autoridad gubernamental» se ve y se sabe que el flagelo para la economía y el desarrollo en Michoacán es la violencia, el azote de la delincuencia organizada pidiendo cuotas, así como la incipiente o más bien dicho, NULA acción por parte de las autoridades municipales y estatales para poner un «remedio» a tan desafortunada situación.
Morelia se está convirtiendo en una «ciudad fantasma”, por todos lados se ven locales comerciales cerrados, negocios que otrora eran famosos por sus ventas y mercancías, ahora lucen desiertos e inclusive varios de ellos cerrados definitivamente.
No solo son negocios, también la oferta de casas en venta ha incrementado ante el éxodo elevado de Morelianos debido a la violencia, lo cual también denota la frustración ante la incapacidad de los gobernantes o «autoridades» a procurar la paz y seguridad pública que es una de las principales encomiendas por parte de las autoridades a los ciudadanos, pues la única ley que gobierna Michoacán, es el crimen.
Inicié estas líneas diciendo que sin necesidad de ser «autoridad» la violencia es la causa del deterioro económico en el Estado, particularmente de Morelia, ciudad que vive meramente de comercio. El Presidente del Colegio de Economistas de Michoacán, Heliodoro Gil Corona, ha mencionado en días pasados que este flagelo del crimen organizado es el que tiene la economía «de cabeza» y mantiene sumido a Michoacán en un incremento constante de pobreza.
Sumado a esto, ante la apatía y el poco interés de las autoridades, el comercio informal también lo critica Gil Corona, a lo cual se vale decir que esta economía es el resultado de la ineficacia gubernamental para procurar empleos y salarios adecuados; si las economías nacionales, entre ellas la michoacana, tuvieran salarios y oportunidades aceptables, la informalidad dejaría de ser opción para «completar» el gasto diario de los pobladores.
Además, con nuestros impuestos les pagamos a las autoridades para que hagan su trabajo, brindar seguridad a la sociedad. Las autoridades son nulas, ineficientes, omisas y mentirosas.
Como siempre amable lector, usted ¿qué opina?