Por Carlos Torres Piña.- Las declaraciones con las que los diputados federales y senadores, panistas y priistas, defienden la reforma energética aprobada por sus bancadas recientemente, basan su defensa en comparaciones desproporcionadas y frases carentes de datos reales, mientras que su constante negación de haber privatizado a PEMEX, refleja lo consientes que están del error histórico que cometieron al aprobar una reforma que lesionará gravemente la economía nacional.
Exploremos tres de sus argumentos; el primero señala que gracias a la reforma aprobada, ¡para 2018! se logrará una extracción de 3 millones de barriles de crudo diario y el número aumentará a 3.5 millones de barriles diarios en el 2025, lo que según sus cuentas alegres se verá reflejado en la creación de medio millón de empleos para el 2018 y dos y medio millones de nuevos trabajos para el 2025.
Sin embargo, durante el 2004 se extrajeron casi 3 y medio millones de barriles de petróleo diario, sin que ello generará la creación de ningún empleo formal y directo, ni tampoco se reflejara en una mejora de la economía del ciudadano común.
Otro de los argumentos con los que sin consultar a la población permitieron la privatización de las áreas más redituables de uso y usufructo de Petróleos Mexicanos, fue la promesa de reducción de las tarifas de la luz, sin explicar cómo es que a través de la privatización se logrará, si incluso antes de ésta reforma el país se surte en un 40 por ciento de energía producida por empresas privadas y desde que ha si ha sido, el precio de la luz no bajó.
Diversos expertos han señalado que el mercado nacional requiere para los próximos 10 a 15 años, una plataforma de extracción de 1.7 a 2.0 millones de barriles diarios, pero ¿con qué objeto se quiere que PEMEX produzca 3.5 y algunos dicen hasta 5 millones de barriles al día, más aún si nuestras reservas no lo permiten en el corto plazo?
Y aún si fuera posible: ¿serán esos niveles de extracción para a) aligerar la reforma fiscal progresiva o b) para cubrir el aporte que ya no hará PEMEX a la hacienda pública si se independiza de ella o todavía para abastecer a Estados Unidos en tanto logra su soberanía energética, como lo han advertido muchos especialistas?
Cualquier respuesta sería grave puesto que iría en detrimento de una programación de la extracción en base a las prioridades del desarrollo nacional o del balance de divisas.