Por Francisco Zamudio Muñoz.- Lo que inicio en 1982 con Miguel de la Madrid Hurtado, expresidente de la república, hoy se consolida de manera brutal y despiadada en contra de todos los sectores sociales. Es la política neoliberal, que no ha representado otra cosa, que desmantelar las cerca de 3 mil empresas paraestatales que existían, se han erradicado derechos sociales, sindicales y contractuales de los trabajadores y de paso, esa política pro empresarial, ha impuesto a punta de toletazos y las fuerzas de seguridad pública, nuevas medidas en contra del pueblo. La constitución de la república mexicana, lograda por los constituyentes de 1917, se ha violentado una y otra vez, y seguramente, los constituyentes de la revolución de 1910, han de estar revolcando de coraje, ante tanta infamia y cinismo de los gobernantes Prianistas, verde ecologistas y Panalistas.
Y con esta última reforma, impuesta por la aplanadora reaccionaria del senado y de la cámara de diputados, aprobada el 11 de diciembre, no hay ninguna duda, que no existe diferencia alguna entre los Panistas, los Priistas y sus satélites vende patrias. Todos están cortados con la misma tijera y se peinan igual. Son los nuevos porfiristas, que a pesar de que consideran que “van por buen camino”, no entienden, ni les interesa, hacer un diagnóstico real en la sociedad, que los ayude a entender con objetividad, que lo que están creando en el seno de las masas populares, es mucha rebeldía colectiva. Bueno esa es su política. Esa es su encomienda neoliberal. Solo deseamos que nuestra gente, el obrero, el campesino, el estudiante, el ganadero, el ama de casa, y todas aquellas, mujeres y hombres de buena voluntad de nuestra patria, de cualquier rincón del país, sepan soportar tanta infamia y agresividad, que se palpa, sin cesar.
Ahora, esa política neoliberal, con 32 años en nuestro país, ha demostrado miseria, hambre, desempleo, pérdida del empleo, inseguridad, nulo desarrollo social y político, como también, el crecimiento de la desigualdad ha sido enorme, pues unos cuantos vividores y corruptos, han sido los ganones de nuestra desgracia. Con esos privilegios y el poder acumulado, han consolidado sus riquezas. Entonces, podemos asegurar, que esa política, no ha sido otra cosa que un fenómeno de rapiña y de despojo a nuestra nación, a nuestra gente.
Pero podrán seguir con esas políticas y podrán continuar con el uso de más garrote. Pero las preguntas son: ¿Hasta dónde piensan llegar con esa política de imposiciones y del uso de la fuerza pública?. ¿Sabrán los Priistas y Panistas, que sus decisiones solo están generando una bomba de tiempo, silenciosa, explosiva y que más temprano que tarde, puede estallar?.
Amigas y amigos, la inconformidad crece y además se fortalece en los diversos sectores y en las múltiples trincheras. Los que gobiernan y los que le apuestan a más leña al fuego, de las cámaras de diputados, de senadores, así como en los congresos y gobiernos locales, no están sopesando con objetividad sus acciones nefastas desde el poder. Siendo honestos, las cosas cada vez más, acrecientan su rebeldía. Ahí están las policías comunitarias en Guerrero y Michoacán, los estudiantes anarquistas del D. F. los jóvenes del “Posmesaltoel Metro”, el magisterio democrático que se ha multiplicado a 26 estados de la república, de agosto a la fecha, así como el constante crecimiento de acciones, actividades e información activa que corre en redes sociales. No es la vieja izquierda, son nuevos brotes de organizaciones horizontales y de diversas trincheras, que se comparten, se fortalecen y se consolidan cada vez mas, aunque no se nota.
Ante esa realidad terca, quienes lean este artículo, tienen que reflexionar, que cambiar lo que ocurre en nuestro entorno, ya no es solo un asunto solo de los luchadores sociales, de izquierda, sindical o popular, hoy más que nunca, es un asunto de dignidad y debe de ser una enorme tarea de todas y todos los mexicanos, por erradicar este mal internacional. Es un asunto pues, de todo el pueblo. Nuestra apuesta es y debe de ser, recuperar el camino de la democracia, de las libertades sociales y ciudadanas. Entonces luchar por la defensa del petróleo, es hoy por hoy, la clave fundamental para que todos levantemos nuestra voz, recuperemos nuestra dignidad y defendamos nuestra soberanía nacional, conculcada y violentada por esa clase reaccionaria representada en los Prianistas. Debemos de Continuemos en la lucha jurídica, legal, de movilización social y por supuesto de carácter pacífico, en defensa del petróleo. No podemos perseguir la violencia, sino los causes contemplados en nuestra constitución mexicana de la república. Hagamos que la Consulta Ciudadana, las acciones pacíficas y la organización popular, detengan entonces una dictadura peñanietista, con visos de neo porfiristas de los primeros años del siglo pasado.
¡Los neoliberales no detendrán la lucha de un pueblo digno y soberano, como lo es el mexicano! ¡Los reaccionarios han ganado muchas batallas, pero les decimos a los señores del poder, que aún no está dada aun la última palabra, por el pueblo de México!