Por Francisco Zamudio Muñoz.- En Michoacán, como en todo nuestro país, se ha venido reivindicando la necesidad de vivir en democracia. Un sistema de vida en donde las relaciones económicas, políticas y sociales, se caractericen por el desarrollo de valores de los seres humanos, en la tolerancia, los concesos, el desarrollo social y de participación política popular.
Una democracia, en donde las líneas fundamentales, signifiquen, la participación de todas y todos los mexicanos, en los procesos electorales, en donde se arribe a espacios de poder político de manera representativa, en las cámaras de diputados, senadores y en la misma Presidencia de la República. Pero esta línea o aspiración por la democracia, ha sido siempre, una actitud de las organizaciones de izquierda y de los partidos políticos con una concepción socialista, nacionalista, progresista y democrática, que han sostenido esa línea de avanzada.
Porque si por el Partido Revolucionario Institucional fuera, esta línea política democrática, nunca debe de existir. Al PRI, lo único que lo caracteriza es la política del garrote, de la demagogia y de la corrupción. Del control de los mexicanos, ya sea por medio de la compra de conciencias o de la represión individual o colectiva del pueblo.
Sino veamos como en cerca de 80 años gobernó el país, nadie desconoce que su forma de gobierno fue esa. Una democracia dirigida y adoptada a la usanza vertical y carente del consenso social y popular, aun cuando tenía en sus manos los hilos y los tejidos sociales, enraizados en organizaciones obreras, agrarias, populares, como la CNOP, la CNC, la CTM, el Congreso del Trabajo y fuertes organizaciones sindicales como los mineros, petroleros, ferrocarriles y el magisterio del SNTE, caracterizándose siempre, por esa línea de control y unipersonal. Siempre, en su forma de gobierno del PRI, no han cabido las ideas colegiadas o democráticas.
¿A qué se debe nuestra apreciación antes mencionada?. Porque, amigas y amigos, existe, una actitud política de quienes gobiernan el país y los estados de la República, una mentalidad, carente de visión democrática. No permiten o no aceptan, que la gente común y corriente, manifieste sus ideas o sus propuestas. Todo lo que se mueve o se manifiesta en las calles, para los PRIISTAS, PANISTAS, y para nuestra desgracia, de algunos gobiernos perredistas, han estado actuando con la misma vara represiva y nula actitud de dialogo. Hay en el ambiente gubernamental, una ola de acciones violatorias a los derechos de manifestación, libertad de expresión y de organización, contemplados en nuestra Constitución. Los derechos humanos, son también un atentado a las personas y en las cosas de las mexicanas y los mexicanos, que incluso un organismo internacional en estos últimos días acaba de calificar al Estado mexicano.
De ahí que esa política del PRI, que ha regresado a los Pinos, en México y a Casa de Gobierno en Michoacán, no ha cambiado para nada. Desde que retornó el PRI con el Sr. Fausto, su gabinete se ha caracterizado por desarrollar una política de vendetta gubernamental, en contra de todos. Como también han mostrado una nula política de desarrollo social, aplicando en los 2 años de gobierno su lema del “No hay”, en todas y cada una de las dependencias. Su línea represiva se ha sentido en las acciones ejecutadas en contra de los normalistas, los estudiantes de la CUL de la UMSNH, en contra del PRD y los funcionarios de gobierno del Antropólogo Lázaro Cárdenas Batel y del Mtro. Leonel Godoy Rangel. Para ellos, los PRIISTAS, la actitud de tolerancia y del accionar democrático y social, son letra muerta. No cabe en su cabeza, ni en sus visiones, la posibilidad del dialogo y de las aperturas democráticas. Entonces a la sociedad, los partidos de izquierda, las organizaciones sociales, sindicales, indígenas y populares, la única alternativa que les queda es la alternativa del reagrupamiento intersectorial, de lo contrario, este esquema política del PRIISMO recalcitrante, los seguirá avasallando en sus peticiones o en sus acciones sociales.
Aunado a lo anterior, en Michoacán, el PRI se ha caracterizado por el desarrollo de una visión ocurrencial y carente de gobernabilidad, ya no digamos democrática, sino ni siquiera institucional. La enfermedad de Fausto, la llegada de Reyna y ahora el retorno de Fausto, lo que ha generado es una total indefensión para todas las y los Michoacanos, pues muchas necesidades de corte social y de gestión gubernamental, han dependido o han sido ignoradas, producto de esta política sin rumbo institucional.
Ante esta realidad permanente, debemos de reflexionar quienes estamos en las poblaciones, comunidades y ciudades, como también los que estamos organizados en los sindicatos, partidos políticos, organizaciones sociales y pueblos indígenas, cual o cuales deben de ser nuestras prioridades en un futuro inmediato.
¿Queremos continuar en el autoritarismo o luchamos por la democracia en favor del pueblo? ¿Seguiremos permitiendo qué nos sigan gobernando con políticas represivas, violatorias a nuestros derechos constitucionales y con medidas ocurrenciales, con mentiras, por parte del PRI y sus funcionarios? O ¿nos ponemos las pilas, para reagrupar conciencias, voluntades y demandas comunes, para retomar el hilo de nuestro destino como un pueblo digno, heredado por Melchor Ocampo, Morelos, Lázaro Cárdenas del Rio y el Gral. Francisco J. Múgica?.
¡Nosotros los Michoacanos y las Michoacanas, tenemos la palabra!
(Francisco Zamudio Muñoz es el Director del Instituto de Formación Política del PRD en Michoacán)