Por Rubén Ignacio Pedraza.- La firma consultora EY, destaco en un reporte que “México es el país con el mayor índice de corrupción y pago de sobornos entre empresas y/o gobiernos de los tres niveles para consolidar negocios”. Con pérdidas de hasta el 5 por ciento en las ventas, los sectores farmacéutico, energético y de construcción suelen ser los más afectados; actos de corrupción que van desde licitaciones fraudulentas hasta la construcción de obras sin cumplir con las mínimas normas arquitectónicas y calidad en cuanto a materiales de construcción.
Las semanas pasadas el territorio nacional se vio afectada por dos meteoros climatológicos, las tormentas Manuel e Ingrid, que ingresaron tanto por el golfo de México, como por el litoral pacífico; más allá de las consideraciones sobre la deficiente información a la población que tuvo que competir con la ardua publicidad de la pelea de box del famoso Canelo, el empecinamiento por publicitar el grito desde palacio nacional o la falta de reacción de las autoridades de todos los niveles de gobierno; existen varios puntos que están sobre la mesa y que tienen que ser analizados, uno que tiene que ver sobre las autorizaciones de cambio de uso de suelo para ubicar asentamientos humanos, caminos y construcciones en laderas, barrancas, cauces de ríos o escurrimientos de agua.
Existe un negro historial y hasta se ha vuelto una costumbre en nuestro país el obtener permisos de construcción a cambio de pagos y compensaciones extraoficiales, las llamadas mordidas o cañonazos, práctica que pone en riesgo la integridad física de centenares o miles de personas. La caída de puentes, desgajamientos de cerros, inundaciones, socavones en los caminos, tienen que ver con el otorgamiento de permisos, esos que salen por abajito del agua. Muchos constructores abren caminos y literalmente parten en dos los cerros sin colocar contenciones para evitar los deslaves y en muchos casos más, los mismos caminos bloquean el cauce de los arroyos o escurrimientos de agua, ocasionando múltiples anegaciones.
El tema de la corrupción también se ve reflejado en la construcción de carreteras a lo largo y ancho del país, concesiones que se otorgan a constructoras que realizan sus obras sin las mas mínimas normas de construcción y con materiales deficientes o de mala calidad; por doquier podemos ver el mal estado en que se encuentran, siendo muy limitado el tiempo en que se encuentran en buen estado y a eso hay que agregar que las autoridades no obligan a las constructoras a resarcir el deterioro responsabilidad de su negligente actuar.
Estos tratos por abajito del agua no solo tienen impacto negativo en la economía del país, son actos de corrupción, falta de transparencia y carencia de ética de las autoridades, por lo que es necesario establecer normas y procedimientos que disminuyan y en el mediano plazo erradiquen estas prácticas lesivas. Es lamentable que incluso en el ideario colectivo este tipo de conductas sean percibidas como algo natural, normal e incluso necesario para que se puedan realizar trámites y servicios.
Continuaran siendo tormentosos estos tratos y corruptelas, que comprometen el desarrollo armónico del estado y la nación, exponiendo incluso la integridad física y la seguridad patrimonial de millones de personas, por ello se hacen imperiosas reformas en lo local y en lo federan en cuanto a Transparencia, Rendición de Cuentas y establecer en las diversas legislaciones castigos ejemplares a quienes sean promotores o copartícipes de actos de corrupción; de esta manera si se pondrá de verdad, en movimiento a México y llegara ese prometido cambio que tanto promete la clase política y de continuar por la misma senda, será cada vez es más distante llegar a esa realidad.