México, D.D., 21 de agosto del 2013.- Las cifras a la baja respecto al crecimiento del Producto Interno Bruto previsto para 2013, que la secretaría de Hacienda marca en 1.8 por ciento para finales de año, demuestran el irresponsable manejo de la economía interna que el gobierno de Enrique Peña Nieto ha hecho desde el inicio de su sexenio.
Hortensia Aragón Castillo, Coordinadora Nacional de Foro Nuevo Sol del Partido de la Revolución Democrática (PRD), dijo que estamos hablando de una administración que con sólo nueve meses en el poder ya dejó en claro que México está en manos de tecnócratas inexpertos, que de no corregir llevarán a nuestro país, antes de que termine el sexenio, a un escenario de recesión peor que el que se vivió en 2008.
Preocupa que si al inicio del gobierno de Peña Nieto, en diciembre de 2012, las autoridades de la Secretaría de Hacienda calculaban para México un crecimiento como país de entre 3.5 y 4 puntos porcentuales del PIB para finales de 2013, apenas seis meses después la meta haya sido corregida a la baja para situarla en sólo 1.8 por ciento.
Como van la cosas, no sería raro que para diciembre del presente año el crecimiento de nuestra economía se sitúe apenas por arriba del 1 por ciento, números apenas superiores que los que se presentaron durante el gobierno de Miguel de la Madrid (cuando el crecimiento de nuestra economía fue de 0.18 por ciento) y por debajo de los registrados durante el sexenio de Felipe Calderón, que fue de 1.8 por ciento.
Como ha sucedido en otras ocasiones, los tecnócratas insertados en la Secretaría de Hacienda y el Banco de México vuelven a apostar al crecimiento de nuestro país basados en la expectativa de un mejor desenvolvimiento económico de Estados Unidos y al incremento en el gasto público interno que haga el gobierno Peña Nieto en los próximos meses, que, cabe decir, tiene el menor porcentaje de inversión de cualquier gobierno mexicano en toda la historia.
El decremento de 0.74 por ciento registrado en el periodo de abril a junio pasados comparado con el mismo periodo de 2012, es signo irrefutable de que el problema no es la falta de reformas estructurales, sino de la impericia en la materia de parte del equipo financiero de Peña Nieto, que apuesta precisamente a la aprobación de las reformas energética y hacendaria para cubrir su ineficacia en el manejo de las finanzas públicas.
En todo caso, de darse la reforma energética que tanto añoran los priistas en el poder así como los grandes empresarios extranjeros y nacionales, de acuerdo al proyecto del gobierno federal presentado en días pasados, la economía mexicana sólo estaría creciendo un punto porcentual de aquí a 2018, insuficiente para un país que lo que requiere es una reingeniería presupuestaria que pasa por incrementar las inversiones que actualmente se hacen en los campos educativo, agrícola y científico, que son de las más pobres entre los países miembros de la OCDE.