Reyna como el péndulo

Dos dilucidaciones se debe a sí mismo el gobernador interino de Michoacán, Jesús Reyna García: definir cuántos son los municipios en Estado de violencia para que no caiga en “especulación» y; lo que significa para él servicio público.

Primero, las declaraciones vacilan en datos. Plantea en una sola entrevista cinco municipios en estado de violencia: Buenavista, Coalcomán, Tepalcatepec, Áquila y Aguililla. Pero incluye uno más, La Ruana, bajo la idea de “una visión magnificada (…)” con la consideración leve del incremento, -sensible lamenta-, del índice delictivo en Morelia y otras ciudades del Estado.

En segundo lugar, su indefinición de facto como ejecutivo al zigzaguear entre la declaración y la promesa, dista mucho del ejercicio de la voluntad, como él mismo afirma, gubernamental, -que no política-. Porque el sólo hecho de firmar el Pacto por Michoacán, no significa que la violencia se controle, ni que el nivel social crezca dignamente.

Y tal vez el señor gobernador cuente con voluntad para gobernar al Estado. El problema consiste en que debe plantear muy bien sus alcances administrativos en función del tiempo efectivo que ocupará el cargo, con el tiempo total de la administración estatal actual. Ecuación simple que requiere de sentido de servicio público, sin duda.