Hoy no puedo hablarle de lo hermosa que es mi tierra, no puedo invitarle responsablemente que venga a visitarnos y que disfrute de los llanos dorados y de nuestros lagos azules, ni le puedo decir que a esta tierra Dios alguna vez al desaparecer al paraíso, simplemente le puso nombre y le llamó Michoacán.
Muchas veces en un pasado reciente había reflexionado de la enfermedad de mi estado, de la desigualdad, de la impunidad en la que vivimos, de la deuda desmedida que estamos pagando los michoacanos por los malos gobiernos, de la complicidad de un gobierno que a más de 17 meses sigue sin encontrar culpables, de la presencia del crimen organizado extorsionando, secuestrando, del aumento de los delitos del fueron común particularmente en Morelia.
Pero en tres días todo fue rebasado, incluso desde mi modesto punto de vista aquella granada del 15 de septiembre de 2008 frente a Palacio de Gobierno lanzada a una multitud y digo esto porque el lunes un grupo de delincuentes dispararon sobre un grupo de personas, se habla de aproximadamente 300 que estaban apostadas en el palacio municipal de Los Reyes al occidente del estado y que fueron masacrados al menos cinco personas al dispararles inclementemente resultando varios heridos.
Un martes con bloqueos carreteros para evitar que la autoridad se desplazará fácilmente una vez que fueron perpetradas emboscadas a la policía federal, seis emboscadas en diferentes puntos de la geografía michoacana, pero también un martes con olor a impotencia de la población civil, de los turistas que transitaban por la autopista siglo XXI que comunica el centro del país con la costa del pacífico particularmente con Ixtapa Zihuatanejo debido a que hasta anoche pudo articular palabra en forma de boletín la autoridad para decirnos que estaba pasando.
El miércoles nuevamente la costa ha sido escenario de una nueva emboscada ahora en Pichilinguillo a unos 95 kilómetros del puerto de Lázaro Cárdenas.
El costo en vidas es mucho. Siete emboscadas con la masacre de Los Reyes dejan cuatro policías federales muertos, 25 policías federales heridos, 17 civiles heridos y 20 presuntos delincuentes abatidos, en tan solo tres días, nunca en la historia de Michoacán, ni en el peor momento de la guerra contra el Narco del ex presidente Calderón, habíamos vivido tal grado de violencia.
Los gobiernos Federal y de Michoacán nos han explicado que esto es producto de la lucha frontal que tiene la autoridad contra la delincuencia organizada y que es una respuesta de los criminales al sentirse atacados en sus intereses.
Hoy las carreteras son transitables, pero aún se siente el temor de que algún grupo pueda atacar, el turismo disminuyo y canceló dramáticamente, hoy no hay confianza en las condiciones de seguridad de Michoacán.
Hoy el presidente de México dice que se facilita el trabajo ahora, no como antes por la enfermedad de Fausto Vallejo.
Espero mañana despertar y decir que vivo en la tierra de los lagos azules, de los llanos dorados, en la tierra linda llamada Michoacán y que responsablemente lo puedo invitar a mi casa.
Articulista: Ignacio Martínez