(Columna política) Por Toño Aguilera.- Ante la evidente balcanización en el PRI de Michoacán que ha implicado las ausencias de Fausto Vallejo y la cada vez más marcada imposición del equipo de Jesús Reyna en el control del gobierno del estado, cada día adquiere mayores adeptos la idea de un interinato diferente a Reyna que satisfaga, al menos temporalmente, a todos los grupos en juego.
El grupo de Fausto Vallejo polariza y divide, Reyna García aprieta tuercas y prepara cadalzos, el grupo de Víctor Silva requiere tiempo para lograr ajustar su calendario político y afianzar su precandidatura, a Chon Orihuela poco o nada le importa Michoacán, lo que queda claro es que en el PRI no se ve a la vista a un perfil –hombre o mujer- que aglutine a todos los intereses en disputa.
Nadie quiere ceder y nadie, igualmente, quiere que solo un grupo -el dominante – se siga comiendo todo el pastel.
Por lo pronto, la nueva licencia que presentará esta semana Fausto Vallejo –se prevé de seis meses, aunque el gobierno interino se reserve el tiempo sólo para ganar tiempo en la negociación en el Congreso para ser ratificado- forma parte de una historia que ya es parte del curriculum del PRI como gobierno. En los últimos años dicho partido suma hasta nueve gobernadores interinos.
El académico Alejandro Bustos Aguilar en su libro sobre gobernadores de Michoacán entre 1824 y el 2001, refiere que hubo un total de 76 gobernadores interinos y apenas 38 constitucionales, que terminaron completo su mandato de seis años.
En 1968 fue electo Carlos Gálvez Betancourt pero en 1970 al ser designado por Luis Echeverría como director del IMSS lo releva Servando Chávez Hernández hasta 1974.
Carlos Torres Manzo gobernó completo su periodo entre 1974 y 1980 y lo sucedió el aún priísta Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano que terminó en 1986
Después en 1986 asumió el mando el tricolor Luis Martínez Villicaña pero pide licencia en diciembre de 1988 para irse a CAPUFE y designan interino a Genovevo Figueroa Zamudio hasta 1992
En 1992 Carlos Salinas bajó a Eduardo Villaseñor Peña veintiún días después de tomar posesión y entró en su lugar el interino Ausencio Chávez Hernández, que fuera relevado hasta 1996 por el priísta Víctor Manuel Tinoco Rubí.
Como se puede ver, eso de la estabilidad política no se les da a los priístas de Michoacán y en esa incertidumbre y ausencia de una figura clara de gobierno, se pueden localizar muchas de las causas del atraso del estado.
Ahora, si Reyna García es ratificado en la gubernatura, todo indica que podría modificar la propuesta de ausencia de Vallejo –que de acuerdo a lo que filtran sus hijos a los medios es por 180 días- para hacerla por tiempo definitivo, lo que implicará una ruptura definitiva en el PRI y anticipa la carrera por la sucesión en el partido gobernante.
Como se puede ver, la antropofagia política es también una característica endémica en el PRI.
@gaaelico