México, D.F., 13 de junio del 2013.- El secretario de Planeación del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Vladimir Aguilar García, aseguró que las cifras presentadas recientemente por el INEGI respecto al supuesto progreso y prosperidad económica que los mexicanos han tenido en los últimos años son engañosas y no reflejan la verdadera situación que padecen los millones de ciudadanos que no viven en las grandes ciudades ni en los centros poblacionales considerados urbanos.
De acuerdo con Aguilar García, dichas cifras sólo denotan la alta concentración del ingreso en unas cuantas manos que genera el modelo actual, que favorece a los más ricos y que se traduce el altas cargas fiscales a los integrantes de la supuesta clase media a la que no se les hacen exenciones fiscales ni se les regresan impuestos, pero que en contraparte se encuentra cada vez más presionada por los aumentos en los precios de los energéticos, los alimentos y el transporte, entre otros.
Para el perredista, los 17 indicadores cualitativos de la Encuesta de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) en que se basa el INEGI para afirmar que México ha dejado de ser un país de pobres para convertirse en una nación de clase media son tendenciosos, pues no se incluyeron los artículos y servicios que integran la canasta básica de los mexicanos: alimentos, medicinas, combustibles y vestido, entre otros, productos elementales que sirven para medir el verdadero valor del dinero, el poder adquisitivo y el nivel inflacionario de los habitantes de cualquier país.
“En todo caso, dijo el perredista, esa clase media es la ampliación de un grupo poblacional endeudado que si bien no vive al día, sí vive a la quincena, sin perspectivas de ahorro y mucho menos de inversión”, indicó.
Tomar como base el gasto que los mexicanos hacen en comidas fuera de casa, cuidados personales, esparcimiento y pago de servicios secundarios como la tenencia vehicular y las tarjetas de crédito, es una manera incorrecta de medir el estado de bienestar en que se encuentra nuestro país, pues se contrapone con el diagnóstico que ha hecho el gobierno de Enrique Peña Nieto, que reconoce que de los más de 60 millones de mexicanos que viven en la pobreza, al menos ocho millones de ellos sobreviven en medio de la pobreza extrema.
“Si México fuera un país de clase media no tendría caso aplicar una cruzada contra el hambre como la que se busca implementar desde la Sedesol”, afirmó.
El INEGI, dijo Vladimir Aguilar, debe transparentar la metodología que usó para llegar a tales conclusiones, pues “dudamos mucho que hayan podido encuestar a los millones de habitantes que no tienen para comer ni mucho menos para tener teléfono celular, computadora o tarjeta de crédito.
Por lo anterior, el también consejero nacional perredista pidió al INEGI tener más respeto por los millones de ciudadanos que subsisten con el equivalente a un dólar diario y que ni en sueños se pueden imaginar como parte del escenario de cifras alegres como el que nos plantea.