Por Ignacio Herrerías.- Primero fue el ex secretario de Comunicaciones y Transportes (SCT), Luis Tellez. A mediados de febrero sorprendió a los mexicanos, en especial a la clase política priísta, al difundirse una grabación en la que afirmaba que el ex presidente Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) se había «robado la mitad de la partida secreta» —estimada en 10,000 millones de pesos.
«Se robó la mitad de la cuenta secreta». «López Portillo destrozó al país y Salinas también», expresó en medio de un almuerzo entre amigos. El mismo día que fue difundida esta grabación en un programa radiofónico de Carmen Aristegui, el entonces secretario de la SCT convocó a una conferencia de prensa en la que reconoció la veracidad de la cinta, que lo dicho en ella, en efecto, lo había dicho él. En aquella conferencia expresó a los medios, entre ellos Televisa y TV Azteca, que, si bien era cierto su dicho, «no tenía elementos probatorios». «Lo dije de manera indebida ya que carecía de sustento alguno», reconoció.
¿Por qué la aclaración? ¿Presiones o amenazas de parte de la maquinaria salinista o inclusive del propio ex presidente Carlos Salinas de Gortari?
Casi exactamente 3 meses después —de que los mexicanos oyeron de viva voz de Luis Tellez del robo más grande a las arcas del erario público y al patrimonio de los mexicanos en la historia moderna del país, perpetrado por el penúltimo presidente emanado de las filas del PRI, Carlos Salinas de Gortari— surge lo que podría ser la confirmación del robo mismo, pero ahora por declaraciones de Miguel de la Madrid Hurtado —antecesor de Salinas en la silla presidencial y quien apuntó el famoso «Gran Dedo» a favor del mismo para que fuera su sucesor— en una entrevista pactada con la periodista Carmen Aristegui.
En la entrevista difundida el miércoles 13, De la Madrid acusa a Carlos Salinas de haber sido cómplice de sus hermanos Raúl y Enrique. A ambos los señaló como vinculados con el narcotráfico, confirmando el robo de 50% de la hoy inexistente «partida secreta» —erradicada por Vicente Fox.
«Me siento muy decepcionado. Me equivoqué, pero en ese entonces no tenía elementos de juicio sobre la moralidad de los Salinas», afirmó Miguel de la Madrid.
Señaló la gran corrupción que permitió que esa familia —especialmente los hermanos Raúl y Enrique— se adjudicaran contratos indebidos con Pemex en obras y en transporte.
«¿De dónde sacó [Carlos Salinas] su fortuna? Que la tiene… ¿[De] la partida secreta?» preguntó Aristegui.
—Bueno eso es una equivocación. Siempre había existido una partida secreta, pero se abusó… —contestó De la Madrid
—¿Cómo abusó Salinas de esa partida secreta, porque era más grande de la que usted ejerció? —preguntó Carmen Aristegui.
—Ampliamente —contestó Miguel de la Madrid.
—¿Usted cree que se robó la mitad?
—Sí.
—O completa… —pregunta Aristegui.
—La mitad —confirma De la Madrid.
—¿Cómo un presidente puede robarse la partida secreta? —pregunta la periodista.
—Porque es secreta —contesta el ex presidente.
—¿El propio Salinas? ¿A través de sus hermanos? —trata de obtener más exactitud Carmen Aristegui.
—Es posible… —afirma una vez más el ex mandatario.
—¿Cómo se usa la partida secreta y cómo un presidente como Salinas se puede robar la partida secreta? ¿Hacen cheques? —pregunta doblemente la periodista, y aparentemente deja al interlocutor libertad con respecto a cuál parte de la pregunta responder.
—Sí —escoge De la Madrid afirmar que «se hacen cheques».
—¿De ahí la fortuna de Carlos Salinas? —¿cambia el tema Aristegui?
—Es posible —suponemos que el ex presidente está diciendo que es posible que la fortuna de Carlos Salinas provenga de los cheques que hacía para disponer de la partida secreta.
Al hablar sobre la inmoralidad que tuvo Salinas con respecto al dinero y sobre un préstamo que le hizo Carlos Salinas a Ricardo Salinas Pliego —presidente de TV Azteca— comentó que había la posibilidad de que fuera un pago para que los hermanos sean socios de la televisora.
Reveló también que Raúl Salinas tenía tratos con el narcotráfico, sin poder recordar con qué cartel o con qué capo tenía relación. Pero afirmó que el dinero de Suiza tenía su origen en ello.
—¿Desde cuándo Raúl Salinas tenía vínculos con el narcotráfico? —preguntó Aristegui.
—A partir del gobierno de su hermano —induce De la Madrid a pensar que antes la familia no tuvo tales nexos.
—¿No sabe con qué carteles?
—No.
—Pero, ¿tenía información de inteligencia que le decía su relación con el narcotráfico?
—Sí.
Esta respuesta apunta a algo muy grave. No sólo estaba vinculado a algún cartel del narco, sino que, además, hizo uso del aparato oficial para llevar a cabo su actividad.
Durante la entrevista De la Madrid comentó que Carlos Salinas seguía siendo poderoso por ser una personalidad pública. Dijo que la gente lo conoce y sigue hablando de él. Agregó que está indiciado por corrupción y por criminal.
—¿Carlos? —trata de que lo confirme Aristegui.
—Sí —confirma De la Madrid.
—¿Indiciado formalmente? ¿Dónde? ¿Por qué cargos? ¿Por la partida secreta?
—Está indiciado Raúl y eso contagia a Carlos —aclara aquí el ex presidente. Esto cambia el sentido de su primera respuesta.
De la Madrid pretende invalidar sus respuestas… ¿Lo hace por miedo?
Minutos después de que se difundiera la entrevista —desde Inglaterra, lugar donde tiene una de sus muchas residencias— el ex presidente Carlos Salinas inicia lo que sería el plan de «control de daños»: la contraofensiva.
Tres personajes del priísmo serían los encargados de disuadir en su dicho a Miguel de la Madrid. Había que crearle una enfermedad que justificara «irracionalidad». Lo más importante: iniciar una campaña nacional que revirtiera en lo posible el impacto negativo en la maltrecha reputación de los Salinas y del priismo nacional. La estrategia fue simple: «tú también tienes cola que te pisen», «no te desdices y yo también hablo para hundirte».
Al primero que recurrió Salinas fue a Francisco Rojas Gutiérrez, ex director de Pemex. Fue el primero en llegar a la residencia de De la Madrid, un poco después de las 9:00 de la mañana para comenzar la «operación arrepentimiento». Posteriormente llegaría el que fuera secretario particular de De la Madrid durante los seis años de su gobierno, Emilio Gamboa Patrón. Finalmente llegó Ramón Aguirre, quien fuera Regente de la Ciudad de México también durante el sexenio de De la Madrid. La maquinaria salinista comenzaba a funcionar.
Finalmente, después de seis prolongadas horas de aplicar técnicas de disuasión, negociaciones o quizás amenazas, en presencia de Enrique y Federico de la Madrid que acudieron para unirse al grupo salinista, la acción culminó con la elaboración de una carta firmada por Miguel de la Madrid y que fue distribuida a los medios de comunicación por su hijo Rafael. En ella acordaron decir: “Con relación a la información divulgada el día de hoy por Carmen Aristegui deseo precisar lo siguiente: Actualmente me encuentro convaleciendo de un estado de salud que no me permite procesar adecuadamente diálogos o cuestionamientos, tal como consta en las grabaciones difundidas por la señora Aristegui, en las que mi tono de voz se escucha débil y confuso. Por lo que dejo en claro, que después de haber escuchado la entrevista con la señora Aristegui, mis respuestas carecen de validez y exactitud.”
Posteriormente, en una misiva dirigida a Aristegui, Carlos Salinas también respondió, expresando “dolor e indignación” al enterarse de los términos y condiciones en que la entrevista a De la Madrid se había realizado.
“Dolor, porque confirma su [de De la Madrid] desfavorable situación de salud y la limitación de sus capacidades, e indignación por la falta de respeto con él y con la audiencia, al mostrar así a quien tuvo bajo su responsabilidad la conducción de la República en tiempos complejos”.
Aquello sería el inicio de toda una campaña nacional en los medios de comunicación para contener lo mejor posible los daños irreparables ocasionados por Miguel de la Madrid.
Vergonzosamente, las dos empresas de televisión más grandes de México y que acaparan 85% de televidentes, pareciera que «no se enteraron» del escándalo político de alcance internacional. Ni una palabra en los noticieros Azteca 13 y Televisa.