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México, D.F., 21 de marzo del 2013.- Al mantenerse en silencio y en la inmovilidad respecto al caso de Mexicana de Aviación, que lleva casi dos años y medio en un concurso mercantil que mantiene sin cobrar y en la incertidumbre laboral a sus más de 8 mil 500 empleados, Enrique Peña Nieto parece estarle apostando a la quiebra de la compañía para seguir beneficiando a Aeroméxico, Interjet y Volaris, que detentan el 35, el 23 y el 21 por ciento del mercado nacional.
Vladimir Aguilar García, Secretario de Planeación del Partido de la Revolución Democrática (PRD), declaró que parece un contrasentido que mientras el Pacto por México promueve la necesaria competencia en un sector tan importante como el de las telecomunicaciones, la radio y la televisión, por el otro Peña Nieto fomente la concentración del negocio del transporte aéreo de pasajeros en unas cuantas manos, monopolio que por cierto detentan los mismos grupos que tienen mayoría en el ramo de la comunicación vía satélite, la telefonía pública y la explotación del espacio radioeléctrico.
Aprovechándose de que la transportación aérea sigue siendo una necesidad para miles de mexicanos, que han incrementado su uso en un 10 por ciento en el último año, dichas compañías han elevado sus precios en un promedio de 43 por ciento desde que Mexicana ha dejado de volar, lo que atenta contra el espíritu de competencia y de mejores precios en favor de los usuarios.
La falta de una política de Estado que promueva la libre competencia, la regulación de las tarifas en favor de los usuarios, la mejora de las instalaciones aeroportuarias y la inhibición de delitos del fuero federal dentro de las mismas, entre otros, constituye un hecho de graves consecuencias que no abona a la necesaria modernización y competitividad que se necesita para colocar al país a la altura de los retos que la globalización impone.
Está claro que la apuesta de Enrique Peña Nieto es dejar que se agote el tiempo límite -25 de marzo próximo- para que la jueza encargada del concurso mercantil de Mexicana de Aviación dicte su quiebra definitiva, entonces sería pertinente que el Presidente le dijera al pueblo de México a quién beneficia rematar o quebrar un negocio que representa miles de millones de dólares en ganancias potenciales a sus tenedores y miles de fuentes de empleo digno para los mexicanos y las mexicanas.
